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Demencia senil: Causas, síntomas y tratamiento


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La demencia senil es una alteración cerebral de carácter irreversible. Normalmente aparece en la tercera edad con una serie de síntomas que provocan la disminución de la capacidad intelectual del paciente. Esta disminución de la capacidad intelectual llega a afectar gravemente al desempeño de las actividades básicas del día a día.

Se trata de un estado al que puede llegarse por motivos biológicos como el envejecimiento, o por razones patológicas como enfermedades, lesiones o trastornos vasculares. Suele provocar una pérdida progresiva de las funciones psíquicas y funcionales. Se considera que una persona padece esta enfermedad cuando sufre un deterioro intelectual que afecta a varias actividades o funciones básicas como: La pérdida del lenguaje (total o parcial), pérdida de la memoria, deterioro del razonamiento o de la percepción de la realidad.

En muchos casos se llega a perder el control de las emociones, se producen importantes cambios de personalidad y de comportamiento y se pierden completamente las habilidades básicas para resolver cualquier problema o inconveniente casero.

¿Qué es la demencia senil?

La enfermedad de demencia senil siempre se presenta en una edad avanzada. Está motivada, entre otras cosas, por un deficiente riego o nutrición sanguínea en el cerebro que motiva el endurecimiento de las venas y arterias cerebrales.  

Los especialistas médicos diagnostican demencia senil cuando el paciente ha sufrido la pérdida de, al menos, dos habilidades básicas de entre las siguientes:

  • Pérdida de memoria o lenguaje.
  • Alteración grave del comportamiento.
  • Pérdida del juicio o de la capacidad de razonar o entender situaciones diarias. 

Hay diferentes formas de clasificar la demencia senil, que se analizarán en este artículo más adelante. El grupo de funciones afectadas pueden clasificarse en corticales (razonamiento, memoria, lenguaje y relaciones sociales), subcorticales (emociones) y progresivas (movilidad y habilidades cognitivas).

Muchos especialistas consideran que la demencia senil no es una enfermedad concreta, sino un grupo de síntomas provocados por los cambios en el cerebro. La demencia afecta principalmente a ancianos a partir de los 65 años y se acentúa a partir de los 85 años.

Características de esta enfermedad

Como regla general, la demencia senil se presenta a edades avanzadas. Es decir, es muy poco frecuente en personas que no hayan alcanzado los 70 años, por lo que el riesgo de padecer esta patología aumenta con la edad.

Por otro lado, se trata de una enfermedad degenerativa e irreversible, ya que los daños o lesiones que produce en el cerebro no tienen vuelta atrás. La manifestación más frecuente de demencia es el Alzheimer, aunque la Enfermedad de Alzheimer (EA) no es lo mismo que demencia senil.

En el tratamiento de la demencia senil, la ayuda y el cariño de la familia es fundamental.

En el tratamiento de la demencia senil, la ayuda y el cariño de la familia es fundamental.

Otra enfermedad de este tipo bastante común es la demencia vascular, que tiene su origen en la presencia de múltiples lesiones o accidentes cerebro vasculares muy pequeños.

Causas de la demencia senil

Existen diversos tipos de demencia senil, pero todos parecen tener su origen en la muerte o pérdida de las células nerviosas y de la comunicación entre ellas. No obstante, son varias las causas de la demencia senil que se pueden enumerar:

Otras causas

Por otro lado, hay algunas causas de la demencia senil que pueden llegar a corregirse o al menos contrarrestarse si se detectan por el especialista médico:

  • Lesión cerebral media o moderada.
  • Tumores del cerebro.
  • Exposición continuada al plomo o al mercurio.
  • Consumo excesivo de alcohol.
  • Cambio de los niveles de azúcar, calcio y sodio en la sangre que pueden provocar demencias de tipo metabólico.
  • Uso de ciertos medicamentos para bajar el nivel de colesterol o para tratar distintas patologías.
  • Otra de las causas de demencia es la aparición de los primeros síntomas de la Enfermedad de Alzheimer. Esta es una patología que afecta al cerebro y que supone una progresiva pérdida de memoria y otras capacidades neuronales.
  • En casos muy concretos la causa de la demencia puede ser la falta de niveles adecuados de niacina y tiamina (vitaminas del grupo B) y cuando se consiguen recuperar los niveles normales  se reducen o desaparecen los síntomas de la demencia.

Demencia senil y esperanza de vida

Es difícil establecer con exactitud cuál puede ser la esperanza de vida de un paciente con demencia senil, ya que dependerá del tipo de demencia que padezca y de las causas que la originen.

También varía en función de la edad a la que se empiecen a manifestar los primeros síntomas de demencia, y al estado de salud previo del paciente. Tanto es así que el pronóstico puede oscilar entre varios meses y hasta 20 años de vida, tras ser diagnosticada la demencia.

En general, la esperanza de vida de las personas con demencia senil será menor cuanto más graves sean las lesiones cerebrales que la enfermedad le haya producido.

La demencia con peor pronóstico es la relacionada con enfermedades de tipo neurodegenerativo, como el Alzheimer o la Enfermedad de Pick. En el caso de la Enfermedad del Alzheimer, el deterioro del paciente se produce poco a poco, incapacitando a la persona por completo.

Síntomas de la demencia senil

Existen numerosos síntomas de la demencia senil que alertan de la aparición de esta enfermedad, aunque no siempre son muy claras en la fase inicial. Estas señales se producen en las actividades cerebrales que afectan al comportamiento habitual, a la memoria, la expresión oral y a la capacidad de razonar sobre hechos cotidianos.

La demencia senil es una enfermedad degenerativa e irreversible.

La demencia senil es una enfermedad degenerativa e irreversible.

Así, el primer síntoma asociado a la demencia senil tiene que ver con pequeños olvidos en la vida cotidiana, de cosas que acaban de suceder y que no afectan, en esa primera fase, al normal desarrollo de la vida del enfermo.

Deterioro Cognitivo Leve

Se produce lo que se llama el Deterioro Cognitivo Leve (DCL), que es muy normal en la vejez y que no siempre derivan o acaban en demencia. Son pequeños olvidos, pequeños problemas al razonar o pensar que no afectan apenas al ritmo de vida diario.

No todas las personas que padecen DCL llegan a padecer demencia senil pero en otros muchos casos empeora progresivamente a medida que pasa el tiempo hasta llegar a invalidar al enfermo, momento en el que los familiares deberán plantearse cómo cuidarlo y atenderlo adecuadamente.

Si el deterioro cognitivo leve avanza un poco empiezan a aparecer una serie de síntomas que producidos repetidamente en la misma persona en periodos breves de tiempo alertan del avance de esta enfermedad. 

¿Cuáles son los primeros síntomas de la demencia senil? 

Los primeros síntomas de la demencia senil son, normalmente, los siguientes:

  • Pérdida de memoria: Comienzan a olvidarse fechas, citas, o tareas relacionadas con acontecimientos recientes. Empiezan a olvidar los nombres de familiares y amigos y de objetos cotidianos.
  • Repetición de preguntas: ¿qué hora es? ¿qué día es hoy? 
  • Ansiedad e impotencia con cambios bruscos de humor: al no poder controlar situaciones cotidianas aparecen cuadros de ansiedad e impotencia que terminan con cambios de humor. Cada vez se muestra más irritable.
  • Problemas de orientación: estando en casa preguntan ¿dónde estamos? ¿a dónde vamos? Olvidan el camino a lugares que antes frecuentaban. Aparecen cuadros de desorientación parcial o total.demencia-senil1
  • Desorden en el hogar: cambian las cosas de sitio y después no recuerdan dónde las han puesto: llaves, mandos tele, ingredientes para cocinar, ropa, gafas.  Empiezan a aparecer objetos en los sitios más extraños: llaves en la nevera, gafas en cajas de zapatos, etc.
  • Torpeza de movimientos: Comienzan a tener dificultades para cocinar, abrir puertas, conducir, manejar mandos de la televisión, etc. No pueden llamar por teléfono. Comienzan a tener problemas para hacer cosas en las que eran buenos como jugar a las cartas, cocinar, dibujar o escribir. Pierden coordinación física e incluso pueden tener problemas de equilibrio.
  • Apatía: comienzan a perder interés por tareas que antes les gustaban y algunos presentan síntomas de fatiga sin haber realizado esfuerzo alguno.
  • Comportamientos inadecuados: el familiar comienza a tener actitudes extrañas o inapropiadas, actitudes que están totalmente fuera de lugar, que afectan a la relación con sus amigos y familiares. 
  • Cambios en la manera de caminar: los enfermos de demencia suelen cambiar su forma de caminar. 
  • Insomnio: es un síntoma frecuente en las personas mayores pero se acentúa en los enfermos con demencia senil.

Otras consideraciones respecto a los síntomas

Deben también analizarse los antecedentes familiares, si en la familia existen personas que hayan padecido de demencia o Alzheimer ya que parece que puede existir cierta predisposición genética a padecerla. 

Una advertencia importante es que debe analizarse si existen problemas auditivos o de visión que no estén diagnosticados. Una persona que no ve ni oye bien tiende a cometer errores y a dar una imagen de confusión y aislamiento que nada tiene que ver con la demencia senil.

Si un familiar mayor de 65 años presenta al menos dos de los síntomas de la demencia senil anteriores, es el momento de acudir a un especialista para que revise su estado y descarte que se encuentre en la fase inicial de la enfermedad. Los familiares no deben realizar ese diagnóstico, pero pueden ayudar de una manera muy importante para detectar la enfermedad en su fase más precoz. 

Nuestros amigos de Brain Dynamics, empresa especializada en diagnóstico e investigación de enfermedades neuronales, han preparado este magnífico artículo sobre la enfermedad de Alzheimer con sus síntomas y tratamientos que puedes leer aquí. Si deseas información especializada sobre estas patologías puedes visitar la web de nuestros amigos: www.brain-dynamics.org.

Brain Dynamics

Demencia senil y depresión

Hay que tener en cuenta que muchos ancianos presentan cuadros depresivos cuyos síntomas pueden ser parecidos a los de la demencia senil. Pero ambos problemas de salud se pueden diferenciar.

  • Por un lado, la depresión suele tener una causa o motivo concreto y sus síntomas aparecen muy rápido. Por contra, en la demencia senil todo comienza con pequeños olvidos y progresa lentamente.
  • Asimismo, la persona depresiva suele tener antecedentes de depresiones anteriores o una visión muy negativa de la vida, pero el enfermo de demencia ha podido llevar una vida muy plena y satisfactoria.
  • El enfermo de demencia no podrá realizar muchas tareas porque no sabe ni puede hacerlas, el depresivo nos las hace porque no le sale, no quiere hacerlas pero si se trata y supera la depresión podrá realizarlas perfectamente. Mientras que la persona con demencia senil no podrá.
  • La persona que padece depresión utiliza expresiones del tipo “no sirvo para nada”, “soy un inútil”… mientras que el paciente con demencia senil no tiende a ello, sino que hace las tareas cometiendo muchos fallos, sin darse cuenta de que se están equivocando.
  • El paciente con depresión no acepta bien las muestras de cariño o afecto, no tienen ganas de realizar ninguna actividad. Por contra, la persona con demencia senil sí acepta las muestras de cariño y pueden sentirse satisfechas con su vida.
  • En la depresión desde el primer momento desaparece la vida social ya que estos pacientes no quieren salir ni hablar con nadie. Pero en el caso de la demencia senil, la vida social existe al principio y se va deteriorando poco a poco por la conducta extraña y errática del paciente.
  • Por último, el enfermo con demencia suele mostrar anormalidades en su cerebro al realizarles un TAC o un electroencefalograma. Algo que no sucede con la depresión.

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Fases de la demencia senil

Al igual que sucede con otras enfermedades neurodegenerativas como el Alzheimer, las personas que sufren demencia senil también pasan por diferentes etapas. 

Fase inicial

Al inicio de la demencia senil, la enfermedad se manifiesta de la siguiente forma:

  • Se dificulta la posibilidad de ejecutar varias cosas al mismo tiempo.
  • Se comienzan a olvidar conversaciones recientes. Se vuelve muy olvidadizo.
  • Se tarda más tiempo en tareas intelectuales difíciles. Aparecen dificultades en tareas habituales que necesiten que se piense un poco como jugar a las cartas o aprender cosas nuevas.
  • Comienzan a perderse o extraviarse en rutas habituales: ir a casa de familiares, al supermercado, a la consulta del médico de cabecera o a la biblioteca comienza a ser un problema. Comienzan a sufrir periodos de desorientación cada vez más frecuentes y más pronunciados, llegando a perderse dentro de su propia casa.Ejercitar la mente mediante juegos y otras tareas como la lectura es una buena terapia para la demencia senil.
  • Empiezan a olvidar palabras, no encuentran la adecuada para cada objeto
  • Inician a perder la noción del tiempo de manera global: no saben qué hora es, qué día, qué mes ni incluso que estación del año.
  • Extravían objetos con mucha frecuencia
  • No se toman decisiones y se ralentiza la resolución de problemas. 
  • Se comienza a perder el interés por muchas cosas mostrando pasividad ante lo que antes mostraban entusiasmo. Pierden el interés respecto a sus hobbies y a sus tareas preferidas.
  • Pérdida de habilidades sociales e incluso cambio en la personalidad.
  • Ejercitar la mente mediante juegos y otras tareas como la lectura es una buena terapia para la demencia senil.

Otros síntomas de la fase inicial

  • La memoria poco a poco va dejando de funcionar correctamente con detalles como olvidarse de las citas, de las conversaciones telefónicas, el nombre de familiares y  amigos. No se identifican objetos del hogar, errores al realizar cuentas, olvido en el pago de facturas, dificultades para seguir una conversación, etc.
  • Se producen cambios bruscos de humor. Se enfada cuando comprueba sus olvidos o limitaciones dentro y fuera del hogar. En consecuencia, comienza a aislarse de sus relaciones sociales y se queda más en casa donde tiene mayor sensación de control al ser un entorno que conoce bien.
  • El lenguaje todavía no se ve afectado pero comienza a encontrar dificultades para elegir la palabra correcta. Comienza a utilizar frases cada vez más cortas y comienza a mezclar ideas que no tienen nada que ver.
  • Sus movimientos todavía son bastante coordinados, puede conducir, cocinar y comer sin dificultad.

Es importante destacar que estos pequeños síntomas de la demencia senil pueden aparecer en personas que no tienen demencia senil ni van a desarrollarla en el futuro. Pueden deberse a otros motivos como una depresión, el estrés o una preocupación excesiva. Sin embargo, si aparecen en una persona mayor debe vigilarse su comportamiento para ver si puede ser un caso de demencia senil si avanzan los síntomas. 

Conocer las diferentes fases de la enfermedad puede ayudar a su tratamiento.

Conocer las diferentes fases de la enfermedad puede ayudar a su tratamiento.

Apoyo familiar en la fase inicial

Los familiares más cercanos empiezan a detectar estos síntomas y deben animar al paciente a buscar ayuda médica lo antes posible. Asumen la posibilidad de que tengan que convertirse en cuidadores de su familiar. Durante esta fase deben apoyar al enfermo en todas las pruebas que deba realizarse y animarla en los periodos de tristeza o depresión. Deben fomentar su autonomía e independencia y ayudar en todas las tareas que necesite su familiar.

Es importante que no se confunda el comienzo de esta enfermedad con una simple pérdida leve de memoria sin otros síntomas asociados. Los olvidos son frecuentes incluso en personas sanas y jóvenes. Por ello, es importante observar la aparición del resto de los síntomas asociados a la demencia antes de empezar a preocuparse indebidamente. En la demencia los síntomas aparecen en bloque, casi nunca de forma asilada, ya que van sumándose unos a otros progresivamente. Normalmente estos síntomas son detectados antes por los familiares cercanos que por el propio paciente. Y no siempre resulta fácil convencerlo de que debe someterse a pruebas para comprobar si padece demencia senil

Fase moderada

Con el avance de la enfermedad, los síntomas anteriores se van agudizando y haciendo más evidentes. Incluso pueden llegar a afectar al desempeño diario del enfermo que ve limitada su capacidad para realizar tareas básicas adecuadamente. En este sentido, los síntomas desembocan en:

  • Insomnio.
  • Dificultad para realizar tareas básicas como conducir, cocinar o elegir la ropa adecuada.
  • Olvidos continuos de hechos muy cercanos y de nombres de personas que rodean al paciente.
  • Olvido de acontecimientos de su vida, llegando en casos extremos a olvidarse de quienes son. 
    La pérdida de memoria es el síntoma más común. Olvidar hechos cercanos o nombres es habitual.

    La pérdida de memoria es el síntoma más común. Olvidar hechos cercanos o nombres es habitual.

  • Comportamientos violentos, agresiones, delirios y depresión. Es un periodo de confusión mental e inestabilidad emocional. Pueden llegar a sufrir alucinaciones.
  • Dificultad para la escritura y la lectura.
  • Dificultad para hablar o para identificar las palabras correctas.
  • Repetición de incidentes con familiares y amigos que provocan su alejamiento del contacto social.
  • Empieza a perderse la capacidad de entender y razonar, lo que comúnmente se denomina ‘perder el juicio’.
  • Comienzan a necesitar ayuda de los familiares para realizar tareas cotidianas.

En esta fase la memoria se pierde progresivamente llegando a olvidarse los acontecimientos más recientes como la última comida, las visitas recientes de amigos o familiares, el nacimiento, matrimonio o fallecimiento de familiares y amigos.

Así, pueden llegar a quejarse de que sienten abandonados ya que no recuerdan que sus amigos o familiares los han visitado. Los recuerdos lejanos permanecen intactos y se comienza a preguntar por personas que hace décadas que no ha visto.

Más síntomas en la fase moderada

El comportamiento comienza a volverse más irascible e incluso violento cuando no encuentra sus pertenencias; puede incluso llegar a acusar a los familiares de su robo, se enfada cuando se le insiste en que coma o se bañe, porque piensa que ya lo ha hecho, comienza a tener miedos sin motivo aparente (ruidos, sombras, luces, etc), empieza a no reconocer las habitaciones y pide con insistencia que lo lleven a su casa llegando a preparar las maletas para ello. Suelen caminar mucho de un lado a otro sin motivo aparente. 

El habla cada vez se le hace más difícil, no encuentra muchas palabras por lo que el vocabulario se empobrece mucho, no termina algunas frases y empieza a dejar de hablar, puede llegar a repetir las mismas frases muchas veces.

La coordinación de los movimientos comienza a empeorar progresivamente, maneja mal los cubiertos, no puede abrocharse los botones, no puede atarse los cordones de los zapatos o anudarse la corbata. Comienza a caerse o golpearse con frecuencia. Camina más despacio y empieza a necesitar ayuda para levantarse de la cama o ir al baño.

 Algunos fármacos podrían retrasar el avance de la demencia senil.


Algunos fármacos podrían retrasar el avance de la demencia senil.

En algunos casos aparecen temblores o convulsiones. Empieza  a dudar en la realización de tareas básicas como elegir ropa adecuada (se pone algo de invierno en verano), cómo bañarse o ducharse, qué platos o cubiertos utilizar para cada alimento. Pierde libertad de movimientos ya que no pude conducir, coger el autobús o el metro y comienzan los riesgos en el hogar porque puede dejarse abierto el gas, deja encendido el fuego de la cocina o de la vitrocerámica, no apaga los cigarrillos. 

Apoyo familiar en esta fase

En esta etapa ya necesita una vigilancia constante de todos los familiares que se convierten en cuidadores ya que se comprenden la necesidad de este nuevo papel. Deben aprender nuevas pautas de comunicación con el enfermo para facilitar la relación. La ayuda en las actividades diarias es continua (levantarse, vestirse, lavarse, etc). Deben aprender a tratar y controlar las distintas alteraciones en el comportamiento y las conductas no adecuadas.

Fase severa

En esta fase los enfermos no pueden:

  • Comer sin ayuda por lo que se produce una pérdida continua de peso corporal.
  • Reconocer a familiares.
  • Hablar, leer o escribir correctamente.
  • Cuidar de su higiene personal, vestirse o bañarse. Aparece la incontinencia urinaria e incluso la defecación no controlada.
  • Tienen dificultades para caminar y para mantener el equilibrio.
  • Los que aún pueden andar sin ayuda tienen a salir de casa y deambular sin orientación alguna ya que no reconocen el entorno y no pueden volver a sus casas.
  • La memoria comienza a perderse casi completamente olvidando acontecimientos  tanto recientes como lejanos. Se olvidan las caras y las personas hasta el punto de no reconocer a los hijos o al cónyuge. Es importante destacar que si perciben las emociones y detectan perfectamente un trato amable y el amor de un familiar.
  • El comportamiento es totalmente imprevisible ya que en cualquier momento puede empezar a llorar, a gritar o a alterarse mucho. Tiene reacciones inadecuadas y no entiende explicaciones lógicas. Pierden la coordinación de sus movimientos por lo que no pueden levantarse de la cama, no pueden andar y no controlan sus esfínteres. Muchos pierden totalmente la movilidad por lo que aparecen patologías asociadas a esta situación: accidentes cardíacos, accidentes vasculares/cerebrales, infecciones respiratorias, llagas en el cuerpo, etc. 
  • El habla se deteriora todavía más llegando a balbucear, a repetir continuamente palabras con o sin sentido y muchas personas llegan a no entender lo que se les dice. 

Apoyo familiar en la fase severa

Un paciente con demencia senil en fase severa necesita de vigilancia, apoyo y cuidados es constante para todas las tareas básicas como vestirse, lavarse o comer. La paciencia y el afecto son fundamentales en esta etapa ya que el familiar o paciente no es que no quiera hacer las cosas bien, por muy fáciles que parezcan, es que no puede. La rutina diaria puede ayudar en el cuidado diario con horarios fijos para levantarse, lavarse, pasear y siempre en un ambiente tranquilo sin demasiado ruido.

En algunos casos resulta necesario adaptar la casa a las necesidades del paciente (cambiar el baño por una ducha, cambiar puertas y objetos de cristal, etc.). La actitud de la familia debe ser positiva, cariñosa y comprensiva ya que son emociones que sí podrá detectar.

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El apoyo y cuidados de la familia para realizar tareas habituales resulta necesario.

Cada enfermo evoluciona de una manera y a una velocidad distinta. Estas fases son progresivas pero en algún momento puede detenerse la enfermedad en una de ellas durante bastante tiempo sin avance alguno para de pronto seguir progresando. La pérdida de las funciones es muy diferente en cada enfermo ya que se pierden unas y se mantienen otras sin ningún orden o patrón común. Esto provoca que cada enfermo sea distinto en función de la pérdida de facultades que vaya sufriendo en cada momento. Cada uno tendrá sus propias limitaciones en vida diaria.

En la fase final de le enfermedad el comportamiento del enfermo se vuelve totalmente incoherente lo que provoca situaciones de estrés y tensión en el ámbito familiar. La vida de toda la familia que cuida del enfermo de demencia senil se verá gravemente afectada.

Consejos para los familiares del enfermo

  • Establecer rutinas para todas las actividades diarias (levantarse, baños, comidas, paseos) para intentar que se desoriente lo menos posible.
  • En la medida de lo posible y siempre bajo control del familiar hay que intentar que el enfermo de demencia senil haga todo por sí mismo aunque tarde más tiempo o se equivoque.
  • Asegurar con cierres los cajones o armarios que puedan contener sustancias peligrosas (lejía, disolventes, venenos para plantas o insectos).
  • Cambiar la vajilla de cerámica, loza o cristal por otra de plástico y guardar en lugar seguro los cuchillos y otros objetos con punta.
  • Cambiar el baño por una ducha con suelo antideslizante y nunca se debe dejar sólo al anciano en el baño.
  • Poner las cosas del enfermo y las de toda la casa que él suela utilizar siempre en el mismo lugar .
  • Si toma medicinas y todavía puede leer, se recomienda dejar por escrito en un sitio visible el orden en el que debe tomarlas.
  • Los calendarios y relojes situados en la casa pueden ayudarle a ubicarse mejor en las primeras fases de la enfermedad.  
  • Dejar encendida alguna luz durante la noche por si se despierta o se levanta.
  • El enfermo debe utilizar ropa y calzado que sea muy fácil de poner y quitar, preferentemente con velcros. Deben eliminarse los botones pequeños y las cremalleras.
  • A veces se asustan al ver si imagen en un espejo ya que no se reconocen por lo que no son recomendables.
  • Las alfombras y muebles que ocupen espacios de paso pueden provocar caídas.

Otros consejos importantes

  • Es aconsejable evitar los espacios y lugares con mucha gente.
  • Se deben evitar los ruidos (televisión o radio con sonido muy alto) o hablarle a gritos ya que pueden ponerse muy nerviosos.
  • Hay que evitar que conduzca solo en la fase inicial de la enfermedad, ya que puede perderse.
  • Muchas veces no pueden contestar a lo que se les pregunta por lo que no se les debe exigir respuestas rápidas y cuando avance la enfermedad habrá que repetir muchas veces lo mismo para que lleguen a entenderlo. No sirven de nada expresiones del tipo “ te lo he dicho 20 veces” “ es la quinta vez que te lo digo”.
  • Se deben evitar expresiones de impotencia que puedan provocar que el enfermo se sienta como un tonto o un inútil.
  • Al enfermo hay que hablarle muy despacio y con mucha claridad, sin preguntas o respuestas ambiguas. Hay que hablarle con frases cortas y concisas, utilizando el lenguaje corporal y leyendo el lenguaje no verbal del enfermo. Se deben utilizar los nombres de las personas que le visitan “tu hermano Antonio” “tu hija Ana”. Si se le quieran hacer preguntas deben ser aquellas que tengan respuestas fáciles (sí/no).
  • Los familiares tienen una importante labor en el tratamiento de esta enfermedad
  • Cuanta más distracciones se le ofrezcan más relajado pasará el día. Nuevas aficiones resultan muy positivas.  
  • Un ambiente agradable en casa ayudará mucho a la convivencia y a las reacciones del enfermo. Cuantas más visitas reciba de familiares y amigos mucho mejor ya que una buena conversación ayuda a relajarse y a mantener un importante habilidad como es el lenguaje.

Ejercicio físico y de estimulación mental

Es recomendable que quienes padecen algún tipo de demencia senil realicen ejercicios para mejorar la memoria y ejercicios de estimulación cerebral. Asimismo, es conveniente estimular las funciones intelectuales con juegos como las cartas, las damas, el ajedrez o el parchís, o con pasatiempos como sudokus, sopas de letras, etc.

Se debe estimular el cerebro del paciente con demencia senil.

Por otro lado, cuando se le quiere hablar de algo concreto hay que evitar distracciones o ruidos externos, como la televisión o la radio… puesto que esto puede dificultar su capacidad de atención. El ejercicio físico (como caminar) también es muy importante, ya que aumenta el riego sanguíneo del cerebro.

Las emociones permanecen

Es fundamental destacar que la demencia senil ataca a la memoria y otras habilidades cognitivas, pero las investigaciones científicas han demostrado que estos pacientes sí pueden percibir emociones, observando la expresión facial o el tono de voz de sus cuidadores.

De este modo, los estudios realizados con cuidadores profesionales demuestran que los enfermos mantienen su percepción del ambiente emocional que les rodea y muchos de ellos pueden entender emociones como alegría, enfado, miedo en el rostro de su familiar o cuidador.

Por tanto, el familiar debe tener muy en cuenta que el enfermo puede percibir su estado de ánimo e identificar las expresiones del rostro por lo que se deben utilizar esos mecanismos de comunicación no verbal.

¿Cómo diagnosticar y prevenir la demencia senil?

Un medico especializado en Geriatría puede detectar el comienzo de la demencia senil con diversas pruebas que le ayuden en el diagnóstico. Normalmente comienza con un examen completo con especial detenimiento en el análisis del sistema nervioso. Durante el reconocimiento se analizarán los posibles síntomas, así como toda la historia médica completa. A continuación se realizan diversas pruebas y exámenes de las habilidades mentales y físicas del paciente.

Si el historial médico así lo determina, se suelen realizar otras pruebas para comprobar si la existencia de otras patologías que pueden estar motivando la demencia o agravando sus síntomas. Las enfermedades que pueden agravar el desarrollo de la demencia senil son:

  • Posibles tumores o quistes en el cerebro.
  • Anemia grave.
  • Infecciones crónicas.
  • Depresión.
  • Medicación excesiva.
  • Problemas con el tiroides.
  • Déficit de algunas vitaminas.
  • Alcoholismo y otras adicciones.

Los especialistas diagnostican esta enfermedad cuando en la persona aparecen seriamente dañadas, al menos, dos o más funciones cerebrales (lenguaje, memoria, razonamiento) sin que exista pérdida de consciencia.  

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¿Cómo prevenir la demencia senil?

Es importante señalar que la mayoría de los factores de riesgo de la demencia senil (como la edad), no se pueden evitar. No obstante, sí que es posible prevenir la demencia senil en algunos casos, ya que algunos tipos de esta dolencia tienen su origen en accidentes cerebro vasculares, cuyo riesgo sí puede reducirse con unos hábitos saludables. De hecho, los especialistas afirman que un estilo de vida saludable puede reducir el riesgo de padecer cualquier clase de demencia senil.

Así, entre los hábitos que pueden prevenir la demencia senil o reducir el riesgo de padecerla se encuentran los siguientes:

Practicar ejercicio regularmente

Un corazón sano es garantía de una mejor conservación del cerebro. El ejercicio regular favorece los sistemas internos de reparación celular y de los tejidos, incluyendo los del cerebro.

Eliminar el sobrepeso y la obesidad

El sobrepeso es un importante factor de riesgo para que aparezca la demencia senil ya que en muchos casos provoca diabetes tipo 2, un nivel alto de colesterol e hipertensión que son factores de riesgo.

Evitar la hipertensión

La presión arterial alta es uno factor de riesgo para diversas enfermedades pero sobre todo puede provocar derrames cerebrales que terminen en demencia así como provocar enfermedades microvasculares que ralenticen el flujo de la sangre que llega al cerebro dañando células y nervios en esa zona, lo cual puede terminar en demencia senil.

Controlar la diabetes

La diabetes es otro factor de riesgo por lo que debe controlarse adecuadamente para evitar la aparición de la demencia senil.

Adiós al tabaco y al acohol

El tabaco aumenta el riesgo de padecer alguna enfermedad vascular y disminuye los niveles de oxígeno que llegan al cerebro. El alcohol tiene conocidos efectos secundarios y entre ellos se encuentra la aparición prematura de una demencia senil.

Vida socialmente activa

Algunos estudios apuntan a la posibilidad de que una vida social y familiarmente activa puede ayudar a reducir el riesgo de esta enfermedad. Fortalecer los lazos familiares y con los amigos parece ayudar a reducir el deterioro cognitivo del paciente.

Ejercicio intelectual

Algunos especialistas recomiendan el entrenamiento intensivo del cerebro para ayudar a retrasar el deterioro del razonamiento. Cuando aparecen los primeros síntomas recomiendan estimular el cerebro y la memoria con la lectura, crucigramas, sudokus, sopas de letras, etc. Actualmente, las TIC permiten que sea fácil encontrar miles de juegos interactivos en Internet para este tipo de ejercicios.

Alimentación sana

Los beneficios de una alimentación repercuten directamente en todo el organismo ya que permite regular el nivel de colesterol, la presión arterial, el sobrepeso y otros muchos factores de riesgo. Algunos estudios apuntan a la posibilidad de que la pérdida de peso mediante la reducción de la ingesta de calorías tiene como resultado una disminución de los niveles de insulina que a su vez provoca una menor inflamación del cerebro por dicha insulina. Esa inflamación provocada por la insulina podría ser una de las causas de la pérdida de memoria. Es una tesis pendiente de confirmación y aceptación por la mayoría de los especialistas.

Otra de las tesis en estudio es el efecto de una determinada alimentación y, en concreto, de la dieta mediterránea para prevenir la demencia. Algunos estudios apuntan esa posibilidad en base a pequeñas pruebas detectada en algunos grupos de riesgo. Aún es pronto para llegar a conclusiones definitivas pero lo que es incuestionable son los beneficios de esta dieta en la salud general del enfermo.

Tratamiento de la demencia senil

Actualmente no existe una medicación o tratamiento definitivo que pueda detener totalmente o eliminar los efectos de todas las clases de demencia senil. Sin embargo, sí existen algunos fármacos que ayudan a retrasar los efectos o el avance de la demencia progresiva.

Son fármacos que no eliminan la enfermedad ni curan o reparan los efectos o daños cerebrales existentes pero sí pueden mejorar algunos síntomas de la demencia senil  y frenar el avance de la enfermedad. Con ellos se consigue mejorar un poco la calidad de vida del paciente y de sus familiares. La velocidad en el avance de la enfermedad y del proceso degenerativo que conlleva varía mucho de una persona a otra y la mediación actual sólo puede conseguir retrasar este avance en algunos casos. 

Sí parece demostrado que el correcto tratamiento de otras patologías o afecciones puede mejorar enormemente el funcionamiento mental. Las afecciones cuyo tratamiento o cura puede ayudar a reducir los efectos de la demencia senil son los siguientes:

  • Anemia muy elevada.
  • La insuficiencia cardíaca grave.
  • Disminución de oxígeno en la sangre (hipoxia).
  • Depresión agudas.
  • Infecciones graves (SIDA, sífilis).
  • Trastornos nutricionales graves.

La medicación utilizada para retrasar la demencia senil se utiliza para retrasar el avance de los síntomas pero no suponen una mejoría de los mismos. Si surte mayores efectos la medicación destinada a controlar algunos problemas en el comportamiento.

Testimonio de un familiar

A continuación reproducimos por su interés, el testimonio de Juan, cuya esposa lleva años padeciendo demencia senil.

¿Cuándo comenzaste a apreciar los primeros síntomas y cuales fueron? 
Hace unos 10 años comenzaron los despistes y pequeños olvidos, pequeños detalles poco importantes pero que no eran normales.

¿Empezaron poco a poco o del golpe? 
Poco a poco, muy lentamente, no parecía que fuese a terminar en una demencia.

¿Comenzó a tomar medicamentos?
.

¿De qué tipo?
Parches de memoria

¿Servían de algo?
No

¿Cómo le afectó a la memoria?
Primero se perdían recuerdos a corto plazo y se mantenían los a largo plazo. Paulatinamnete se fueron perdiendo todos, pero en ese orden.

¿Y al habla? 
Al principio muy poco. Ya no habla.

prevenir demencia senil

¿Cuándo supiste que era demencia senil? 
A los 3 años desde los primeros signos. Como eran muy leves no pensábamos que fuese demencia, solo olvidos y despistes.

¿Le diagnosticaron antes otras enfermedades ?
Depresión.

¿Qué especialista médico la detectó?
El neurólogo.

¿Fuiste a muchos médicos antes de detectarla?
No. Sólo psiquiatra y neurólogo.

¿Cuánto tiempo tardaron en detectarla?
3 o 4 años.

¿Le hicieron muchas pruebas antes de detectarla?
No. Tests cognoscitivos y entrevistas personales.

¿Tenía mucho estrés en la época en la que comenzó?
Sí.

¿Puedes describir algunas tareas cotidianas que ya no pueda hacer correctamente? 
Ya todas.

¿Puede comer o bañarse sola?
No.

¿Cómo describirías su situación?
Vegetativa.

¿Cuánto tiempo duran las pérdidas de memoria?
Permanentes. 

¿Es permanente o más intensa por las mañanas?
Al principio sí, pero ya es permanente.

¿Cómo ha afectado a la relación con tu familia?
Ahora ya ha desaparecido totalmente pero al principio fue duro soportar su evolución.

¿Cómo ha repercutido en la relación con sus amigos?
Ha desaparecido.

¿Qué responderías a las frases del tipo “ ponle ánimo” “ échale paciencia”y similares?
Son poco útiles.

¿Has llorado mucho?
Sí.

¿Has tenido ansiedad o incluso depresión?
Ansiedad sí, pero no he llegado a la depresión.

¿Duermes bien o tienes problemas de sueño?  
Siempre estoy cansado y eso me permite dormir bien.

¿Tienes miedo a algunas situaciones (que se pierda, que se haga daño, que rompa cosas)?
Antes sí, sobre todo a que se perdiera y se hiciera daño. Ya a ninguna. Está inmóvil.

¿Qué tratamiento le han puesto?
Contra la enfermedad en cuestión ya no se le aplica ninguno.

¿Hace ejercicios para la memoria?
Ya no.

¿Sirven de algo?
No sirvieron de nada.

¿Has cambiado su alimentación? 
Sí.

¿Le ha ayudado?
Sí en cuanto al mantenimiento de constantes vitales.

¿Has cambiado tu estilo de vida para atenderlo?
Totalmente ya que necesita muchas horas de cuidados y atención.

¿Tienes ayuda suficiente para cuidarlo?
Sí. Está en una residencia asistida.

La actitud ante la enfermedad es fundamental, pero ¿es fácil tener una actitud positiva?
No, muy difícil.

¿Cuidar del familiar ha afectado a tu vida social?
Prácticamente ha desaparecido.

¿Y a tu trabajo?
No. Estoy jubilado. 

¿Qué motivaciones tienes para luchar contra la enfermedad?
Garantizar una mínima calidad de vida en lo que quede.

¿Tienes el apoyo de toda tu familia?
Sí.

¿Se han informado sobre esta enfermedad?
Sí.

¿Qué recomendaciones darías a otros enfermos que estén empezando con esta enfermedad?
Dependería de si es una persona depresiva o no. Si no, que sea consciente lo antes posible.

¿Qué consejos darías a los familiares de enfermos que estén empezando con esta enfermedad?
Asumirlo lo antes posible. No caer en pensar que son simples “tonterías de la abuela”.

¿Qué experiencia ha tenido con la administración sanitaria?
He usado la sanidad privada.


Aviso: esta página contiene artículos de contenido médico y sanitario pero en ningún momento debe tomarse como guía exclusiva para un problema de salud. Para cualquier duda sobre un problema de salud debe acudir al especialista. BonoMédico no es un consultorio médico.

5 comentarios

  1. Cristina

    Mi abuelo tiene demencia senil pero ya no camina esta sentado tirado para adelante juntando cosas. Se puso muy agresivo. LOs hijos lo cuidan pero no se hasta donde va a seguir. Q tiempo de vida tienen. El estaría en la face severa. Ya casI no ve y no olla. Gracias y espero su respuesta

  2. Fernanda Arias

    Hola mi abuelita sufre de demencia senil pero sufre mucho el cuidador que es mi mamá, porque mi abuelita no puede dormir. Que se puede hacer, que recomiendan porque tiene un tratamiento con trazado a y quiatipina y no funciona solo la calma cuando tiene crisis pero cuando mi abuelita no puede dormir mi mamá le da anitriptilina y eso la hace dormir mucho peroooo el problema es que la anitriptilina no es formulado por el medio. Si me pueden dar un consejo, se lo agradezco mucho…. Para el tema del insomnio. Gracias

  3. Norma cruz jaimes

    Muy interesante la informacion. No seremos los primeros ni los ultimos pero el hecho de tener informacion como esta , hace posible q entienda mejor la situacion de los adultos, en especial la de mi mami (88 años)
    Gracias, mil gracias.

  4. Flor Morales

    Hola estoy oasando pot nua misma situacion ,mi padre tuvo una caidacy fue operado de dos hematomas cebrebrales
    Y desde ese momento decayo un 80% ahora esta demente y soy sola , lo interne en ina casa hogar donde en 8 dias tuve que sacarlo si duro unos dias mas lo saco muerto de ahi
    Es duro para mi ya que no cuento xon ayuda es lo mas triste que una hija vea como su padre se decae

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