La paciente que se somete a una cirugía de aumento de pecho en Madrid no tiene por qué preocuparse en relación a broncearse tras la colocación de los implantes. Es más, tomar el sol después de un aumento de pecho en Madrid no llega a perjudicar ni al pecho ni a los implantes, tampoco se da el caso a través de los rayos UVA.
Como simple factor informativo, las prótesis mamarias que se emplean en la cirugía estética no se van a ver dañadas de ninguna forma por el sol. Y es que estos implantes se ubican en el interior del organismo, de tal forma que se ven recubiertos de la glándula mamaria, grasa subcutánea además de la superficie cutánea. Es por ello por lo que la paciente puede estar totalmente segura, ni los rayos de sol ni los rayos UVA pueden llegar a tales niveles de profundidad.
Tras el aumento de pecho en Madrid hay que tener precaución al tomar el sol.
Otro tema es la piel de la paciente que sí se puede ver dañada a tomar el sol. Hay que tener en cuenta que, sobre todo, durante los primeros meses tras el desarrollo de la cirugía lo más común es que la superficie de la piel se encuentre más estirada o distendida de lo normal como consecuencia de la presencia de la prótesis. En este sentido, la piel de la paciente incrementa sus probabilidades de padecer quemaduras en el caso de que se exponga a la radiación solar.
Tampoco nos alertemos demasiado pronto. Esto no quiere decir que una persona que se ha sometido a una operación de aumento de pechos deba permanecer meses sin tomar el sol. Los equilibrios siempre son buenos y tomar un poco de sol tampoco va a ofrecer un amplio daño en la zona de los pechos.
Eso sí, uno de los requisitos indispensables antes de tumbarse sobre la toalla o camilla es asegurarnos de que han pasado ya unas tres semanas desde que se realizó la intervención, que la herida quirúrgica ha cicatrizado de la forma adecuada y que la piel no ofrece heridas abiertas o lesiones cutáneas de ningún tipo.
Tras la colocación de unas prótesis con el objetivo de aumentar el tamaño natural de los pechos de una paciente, hay prestar especial atención a la piel. La superficie cutánea ha respondido ante un potente estiramiento y se muestra algo más adelgazada, algo más insensible, aunque estos factores son temporales.
Así, se recomienda evitar el riesgo de quemaduras mediante la aplicación de un protector solar que disponga de un SPF superior a 50. Aplicándolo en repetidas ocasiones y manteniendo la piel correctamente hidratada no debería haber riesgos de complicaciones. Un buen fotoprotector es indispensable en estos meses tanto en el pecho como en la zona de alrededor.
Con independencia de que la paciente se haya sometido a una operación de aumento de pecho en Madrid, el sol de por sí no es bueno para la piel si optamos por el impacto directo. Y es que el astro rey es capaz por sí mismo de destruir las fibras de colágeno de la piel contribuyendo así a debilitamiento, convirtiéndola en más fina y atrófica, menos resistente. Este tipo de factores incidirán, además, en un agravamiento de las complicaciones en los pechos caídos.
Entendemos entonces que el sol no es solo principal actor en el riesgo de quemaduras sino también en la consecución de una mala calidad tanto del tono como de la tersura de la piel. El elemento cicatrizal que resta tras una operación de aumento de pechos debe protegerse al máximo. Hasta un año, en la medida de lo posible, el paciente debe intentar mantenerlas bajo protección en el caso de que se exponga al sol.
El sol puede afectar a la cicatrización tras el aumento de pecho en Madrid.
Y es que hay que tener en cuenta que mientras que las cicatrices quirúrgicas se mantengan rojas, es decir, activas corren el riesgo de ser hiperpigmentadas, oscurecidas, por el sol. Y a nadie le gustaría lucir cicatrices que además de vean de lejos, por su oscuridad, y recién luciendo un cambio estético.
De lo anterior se comprende que una mujer que se ha sometido a una cirugía de aumento de pecho en Madrid no tiene porqué dejar de broncearse. Y es que, en este sentido, ni el sol ni los rayos UVA pueden llegar a dañar a la forma del pecho o a las prótesis mamarias, ya que su influencia no llega tan profundo. Es por ello que los especialistas no limitan o dejan de recomendarle a una mujer con prótesis que se ponga bajo los rayos del sol.
Lo más apropiado en estos casos es buscar el justo equilibrio y tomar un poco de sol en la zona de los pechos para obtener los beneficios que nos aporta la vitamina D. Para esto, requisito indispensable es que hayan transcurrido unas tres semanas desde que se realizó la mamoplastia o cirugía de aumento de pechos. La finalidad de esta espera no es ni más ni menos que garantizar la adecuada y completa cicatrización de la herida quirúrgica. Además de la comprobación de la piel no luce heridas abiertas o lesiones cutáneas de ningún tipo.
Y es que uno de los principales órganos a tener en cuenta y bajo observación tras la realización de una cirugía de estas características es precisamente la piel. El potente estiramiento al que ha sido sometida la piel ofrece como consecuencia un aspecto algo más fino, más insensible. Aunque este tipo de consecuencias suelen ser temporales se recomienda durante cierto tiempo aumentar la protección. Para ello se aconseja la aplicación de un SPF superior a 50 con el objetivo de mantener a salvo la piel mientras que se toma el sol o se broncea mediante rayos UVA.
Tras una operación de aumento de pecho en Madrid hay que esperar un tiempo prudencial antes de tomar el sol.
La repetida aplicación de esta crema de protección también es importante tanto para mantener la piel hidratada de forma constante como para asegurarnos de que no vamos a sufrir quemadura alguna. Así que si te vas a someter a una cirugía de aumento de pecho en Madrid no olvides hacerte con un buen fotoprotector, un elemento indispensable para los meses postcirugía.
De forma independiente, a nivel mundial existe una concienciación con respecto a la exposición a los rayos de sol sin aplicar antes sobre la piel un factor de protección adecuado. El impacto solar directo no es bueno ya que el sol es el principal responsable de la destrucción de las fibras de colágeno de la piel además de su debilitamiento y su conversión hacia una piel más delgada y atrófica, menos resistente. Algo que, de forma natural, acentuará la potenciación de la caída de los pechos.
El sol es uno de los principales enemigos de la tersura y buena calidad de la piel. En este sentido, la cicatriz que queda tras la realización de una mamoplastia debe protegerse al máximo. Como mínimo se recomienda permanecer un año extremando las precauciones en la zona del pecho a la hora de tumbarse bajo el sol. Además, mientras la cicatriz se muestre roja la exposición solar sin precaución incrementa las probabilidades de que sean hiperpigmentadas, oscurecidas por el sol.
Y es que la exposición constante y sin protección tanto al sol como a los rayos UVA no se entienden como aliados ante el adecuado saneamiento de la cicatrices. Los rayos solares sólo conseguirán aclararlas por lo que se recomienda no tomar el sol hasta que las cicatrices hayan sanado por completo.
Como consecuencia de todo lo expuesto con anterioridad, podemos deducir que el sol o la exposición al sol no llega a afectar de forma directa a los implantes, no llega a tales profundidades. Sin embargo, sí que es actor principal del riesgo de las quemaduras que se pueden sufrir en la superficie de la piel sobre todo a lo largo de los primeros meses posteriores a la operación de aumento de pecho en Madrid. Si optamos por tomar el sol sin protección alguna, además de conseguir unos pechos bronceados, veremos reducido su aspecto estético por la posible aparición de ptosis y la visibilidad de los bordes de la prótesis.