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No solo es objeto de coqueteo y potencial estético, sino que, además, sirve de alimento a las generaciones futuras. El pecho de una mujer es fiel símbolo de feminidad, pero también una de las partes imprescindibles de nuestro cuerpo para alimentar de forma natural a nuestro hijos. A lo largo de los años nos centramos en mejorar su aspecto estético, en decidir la mejor técnica para elevarlo un poco o en solucionar aquellos defectos físicos que, gracias a la cirugía, se pueden modificar. Sin embargo, en el momento en el que es evidente la llegada de un nuevo miembro a la familia, surge la gran pregunta.
La respuesta a esta pregunta es, en principio, afirmativa, ya que el avance científico nos ha ofrecido la posibilidad de que se realice un aumento de pecho en Madrid sin necesidad de que se vea afectado el tejido glandular, por lo que la lactancia no debería encontrar impedimento alguno tras una mamoplastia de aumento. Además, la ubicación en la que se suele colocar la prótesis no afecta a la generación de leche. Tampoco el pezón se ve alterado por la cicatriz quirúrgica, ya que el punto de entrada se suele determinar en la parte inferior de la mama, aprovechando el pliegue de la misma.
La intervención de aumento de pecho en Madrid no tiene por qué afectar a una futura lactancia materna de la paciente.
Por otro lado, existen métodos que en la actualidad emplean la areola del pecho como vía de acceso para la prótesis. Si bien en principio esto no debe afectar a la lactancia, sí que cabe la posibilidad de que se genere alguna cicatriz interna que derive en el daño de algunos de los conductos mamarios.
Determinados estudios vinculan la aplicación de esta técnica con un incremento del riesgo de padecer mastitis, por lo que se recomienda:
La posibilidad de que se produzca cierta alteración en las mamas siempre va a estar ahí, por mínima que sea la invasión. Nervios, conductos lactíferos y glándulas mamarias pueden llegar a verse modificados durante la cirugía de aumento de senos. De esta forma, en el caso de que se dañe un nervio, podría verse mermada la sensibilidad en la zona de los pezones o un reflejo de bajada de la leche. Si se han dañado los conductos lactíferos, es probable que la producción de leche se vea disminuida. Otras consecuencias pueden ser:
Ante cualquier situación como las mencionadas anteriormente, la madre no sabrá si su bebé está correctamente alimentado ni si genera la suficiente cantidad de leche, por lo que se recomienda estar atentos a los siguientes factores y, en el caso de que se evidencien, acudir al médico:
No hay ninguna prueba que evidencie que el contenido de las prótesis llegue a ser perjudicial para la salud del bebé.
En la actualidad, no hay pruebas que confirmen el perjuicio de la silicona sobre la salud del bebé. De hecho, ninguna sustancia que no sea la propia leche debe pasar a esta. Lo mismo ocurre con los implantes de solución salina. En ningún momento se mezclarán con la leche materna, aunque, en el caso de que esto ocurriese, la salud del bebé no correría riesgo alguno.
Con respecto a la forma deseada del pecho, hay que tener en cuenta que el paso del tiempo, los embarazos y el período de lactancia pueden llegar a provocar flacidez, estrías y cambios de forma en la mama, debido a las subidas y bajadas de peso y volumen de la misma. No obstante, este tipo de modificaciones pueden estar presentes con independencia de si el paciente se ha sometido o no a un aumento de senos en Madrid.
Una reducción de pecho conlleva la eliminación del exceso de glándula mamaria y tejido graso que favorecen un gran volumen y la existencia de problemas. En este caso, lo más habitual es que los conductos por los que fluye la leche materna queden coartados de forma total o parcial. Asimismo, las cicatrices internas llegan a dificultar el amamantamiento.
Sin embargo, estos resultados van a estar directamente relacionados con el método que vaya a poner en marcha el cirujano y con el volumen de tejido que se tenga que extirpar, ya que, cuanto mayor sea la cantidad a extraer, mayores serán las cicatrices internas.