Pliegues o rippling en el pecho

La palabra rippling viene del verbo inglés “to ripple”, que significa ondular. En este caso, el término se usa para denominar la aparición de arrugas, pliegues u ondulaciones en las prótesis después de una cirugía de aumento de mama.

A algunas pacientes, pasados unos meses o años después de una cirugía de aumento de pecho, les llega a aparecer un pliegue muy antiestético en los senos llamado rippling. La aparición del rippling preocupa a las pacientes por el resultado tan poco estético que ocasiona y que provoca que, en vez de sentirse satisfechas, se sienten menos atractivas con las prótesis. Estos pliegues o rippling muchas veces se sienten con el tacto y también son visibles a la vista.

El rippling es una de las complicaciones que pueden aparecer en la cirugía de aumento, aunque su aparición no es inmediata tras la intervención sino que se hace visible pasados unos meses o incluso años, momento en el que la paciente cree haber superado ya la posibilidad de que aparezcan riesgos.

Recambio de prótesis debido a rippling. Fotografía de: RealSelf. Dr. Daniel Golshani

La aparición de rippling se debe a varios factores. Es más frecuente en mujeres de complexión muy delgada en las que se coloca una prótesis más ancha de lo que corresponde al diámetro de su pecho y rellena de un gel no cohesivo. La solución es colocar una prótesis de gel cohesivo de base más extensa colocada a nivel subfascial o subpectoral.

Los pliegues se suelen ver con mayor profundidad en el lateral externo del pecho y en el escote, ya que son las zonas con menor cobertura del tejido mamario. También son más visibles cuando la mujer se inclina hacia adelante.

Diferencias entre implantes salinos y de silicona

Hay diferencias entre los implantes salinos y de silicona. La literatura médica asegura que es una complicación más frecuente cuando se utilizan implantes rellenos de suero salino, aunque también puede aparecer en los implantes rellenos de silicona. Dichas ondulaciones aparecen en la propia prótesis y se hacen visibles en la piel del pecho. Los pliegues pueden aparecer tanto en los antiguos implantes rellenos de silicona poco cohesiva como en los más recientes de alta cohesividad, ya que los pliegues se forman en la envoltura del implante.

Hasta hace unos años se recomendaba la utilización de implantes de superficie lisa porque los texturizados -rugosos- pueden ejercer más tracción sobre la piel y aumentar el rippling. Sin embargo, las prótesis lisas presentan otras desventajas como un mayor índice de roturas.

En la actualidad se utilizan implantes rugosos con un relleno más cohesivo y de menor riesgo de contractura capsular que compensa su mayor probabilidad de crear ondulaciones, aunque el rippling puede producirse tanto en implantes rugosos como en lisos.

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Implantes salinos y de silicona

Los cirujanos advierten de que existe más riesgo de rippling en los siguientes casos:

• Mujeres muy delgadas porque tienen menor cobertura de tejido mamario.
• En implantes de suero salino, debido a que el propio relleno facilita la información de olas o pliegues al presionarlo o moverlo.
• Cuando se coloca el implante subglandular o subfascial, al existir menos cobertura sobre el implante.
• Cuando se implantan prótesis demasiado grandes.
• Por último, también puede influir el porcentaje de relleno de la prótesis, debido a que existen prótesis de mama que no están llenas al 100%. Algunas de ellas están llenas al 85%, sobre todo las de gel de silicona, las redondas y las de perfil alto, con el objetivo de que, al estar la paciente de pie, la prótesis se vacíe un poco de arriba y proporcione una forma más natural y sin que tenga efecto de demasiado redondo.

El rippling se puede evitar

La aparición de estas ondulaciones o arrugas es una consecuencia a medio o largo plazo que se puede evitar tomando en cuenta los siguientes aspectos a la hora de elegir la prótesis.

Una nueva cirugía, una solución segura contra el rippling

• Cuantas más capas tenga el implante, menor será el riesgo de aparición de arrugas o pliegues en la piel.
• En el mercado existen un sinfín de marcas, calidades, formas, precios y sobre todo, cohesividades. La cohesividad en lenguaje coloquial se refiere a la densidad de la silicona. Una prótesis es más segura, duradera, homogénea y estable cuanto mayor sea su cohesividad. Alta cohesividad significa que, debido a su homogeneidad y alta densidad, no es proclive a la formación de rippling. Por lo tanto, al no formar ondulaciones, su duración es mayor. En pocas palabras, son todo ventajas.
• Por otra parte, las prótesis de baja cohesividad pueden atrofiar los tejidos. Los implantes mamarios blandos o de cohesividad baja adelgazan los tejidos a lo largo del tiempo, de ahí que la aparición de ondulaciones no sean inmediata. En el caso de las prótesis de cohesividad baja tipo I o II, crean una fuerza centrífuga alrededor de los tejidos, lo que provoca el adelgazamiento progresivo de los mismos.
• Cuando son prótesis superficiales, existe más riesgo. Normalmente se notan más las ondulaciones cuando las prótesis están detrás de la glándula, ya que los implantes necesitan de una buena cubierta de tejidos. Así que, cuanto más “profundas”, mejor. Una paciente delgada, con cierta atrofia en sus tejidos y con implantes de cohesividad baja, tiene mayor riesgo o tendencia a que puedan plegarse y, colocados detrás de la glándula, la aparición de rippling es un hecho probable.
• El precio. Las prótesis mamarias de alta cohesividad tienen un precio más alto, ya son implantes mejor calidad.
• Las prótesis mamarias de baja cohesividad con tendencia a la formación de pliegues se rompen antes. Los pliegues por el rozamiento suponen una rotura precoz de las prótesis.

Una nueva cirugía, una solución segura contra el rippling

Una vez que aparece el rippling, aunque dependerá de cada caso, se puede solucionar en parte o totalmente con una nueva cirugía. En la mayoría de casos, tras el rippling es inevitable una nueva cirugía para llevar a cabo tres actuaciones:

1. Recambio a prótesis anatómicas.
2. Colocación en un plano más profundo, es decir, retropectoral.
3. Injerto graso que ayude a rellenar y engrosar el tejido glandular excesivamente delgado.

En muchos casos los implantes anatómicos son más seguros, más duraderos, más fiables y proporcionan un aspecto de la mama más estético y natural. Tienen una gran cantidad de ventajas, aunque también se requiere mucha experiencia y no perdonan los posibles errores del cirujano plástico, ya que presentan más dificultades a la hora de su colocación.