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Existen muchos tipos de cirugías estéticas (rinoplastia, aumento de senos, otoplastia, arreglo de las orejas, estiramiento facial, etc.), pero ninguna tan agradecida por sus pacientes como la abdominoplastia, debido a la multitud de beneficios que conlleva.
Esta técnica se hace para conseguir un vientre firme y plano, extirpando la grasa y piel sobrante del abdomen y estirando los músculos de éste. Está indicado en personas, mujeres sobre todo, cuyo abdomen presenta exceso de grasa y piel y cuyo músculo no tiene elasticidad. Es el caso de mujeres que han tenido varios embarazos y de hombres o féminas que han adelgazado mucho peso y presentan un vientre así.
Para estas personas, lucir un abdomen firme hace la vida más cómoda, les evita las infecciones que se producen a veces debajo de los colgajos sobrantes de piel, les facilita su higiene personal, así como la realización de actividades físicas. Eso sin contar con el beneficio que supone tener una figura bonita y esbelta.
Esta técnica también suele ir acompañada de la liposucción, ya que se busca un vientre plano, pero sin grasa también en otras zonas como la espalda, cintura, cadera, brazos y muslos. Esto lo hace posible la liposucción.
Uno de los grandes beneficios de esta cirugía es que es para siempre, teniendo en cuenta que se sigan todas las recomendaciones del médico y no se abandone una alimentación adecuada ni el ejercicio. Ni por supuesto, se tenga un embarazo posterior a esta operación ni un grandísimo aumento de peso.
¿Cómo se realiza una abdominoplastia?
Es una operación quirúrgica sencilla siempre que se realice en las condiciones adecuadas y por la persona idónea. La anestesia que se emplea es general y la duración de la intervención puede oscilar entre las 2 y las 5 horas.
Se realiza mediante una incisión horizontal en el abdomen que recorre de un lado a otro las caderas y a la altura del pubis, buscando siempre que la cicatriz que quede después se pueda disimular con la ropa.
Además, si es necesario, se hará otro corte alrededor del ombligo, y se retirará la piel del tejido abdominal. Esta cirugía separa los músculos de la zona que se deberá trabajar.
En pacientes mujeres que han sufrido varios embarazos, dichos músculos suelen estar muy flácidos y débiles y por eso deben ser colocados correctamente en su sitio para que puedan definir el contorno y conseguir firmeza en la pared abdominal. El tejido que sobre será removido. Por último, se coloca de nuevo la piel en su lugar y se cose, sin olvidar de colocar también el ombligo en el nuevo sitio que le corresponda.
¿Cuándo se hacen realidad todos estos beneficios?
Para conseguir estos resultados hay que ser pacientes, pues la abdominoplastia es una cirugía cuyos objetivos tardan un tiempo en cumplirse debido a que presenta una lenta recuperación.
A los seis meses después de la operación comienzan a verse algunos resultados, pero no es hasta el año cuando estos son más definitivos.
Después de la operación el abdomen parece más hinchado, lleno de hematomas y con dolor importante en la zona operada. Todo esto va remitiendo al cabo de loa días y con el tratamiento y medicación adecuados que le prescriba su doctor.
La cicatriz será lo que más llame la atención por lo que destaca, aunque con el paso de los días, meses, y años se irá haciendo menos perceptible, aunque nunca desaparecerá. El médico le podrá prescribir cremas cicatrizantes para mejorar la cicatriz.
La recuperación será lenta, como hemos mencionado, y no se podrá realizar actividad física hasta pasado un tiempo y siempre siguiendo las instrucciones del cirujano. Los pacientes pueden tardar hasta un mes en reanudar estas actividades controladas siempre por un medico.
Medidas alternativas a la abdominoplastia
Primero señalar que la abdominoplastia no es un método para bajar peso, por tanto no está aconsejado su uso en personas con mucha obesidad.
Por ello, primero tendrá que alcanzar un peso normal antes de ser sometido a esta técnica que en caso de una obesidad muy grande anterior que deje secuelas de mucha piel colgando se podrá aconsejar algo parecido a la abdominoplastia pero para casos muy extremos de cantidades
grandes de piel como es la Paniculectomía.
Otra alternativa contraria a esta es la miniabdominoplastia, que es el procedimiento quirúrgico similar a la abdomninoplastia pero que trata una zona menor, consiguiendo también buenos resultados.
Éste último caso se aplicara a problemas pequeños de piel que surjan tras un embarazo. Si el inconveniente es piel descolgada, no se toca la musculatura del abdomen y se retira el exceso de ésta. Si es grasa únicamente lo que sobra, se utilizará la liposucción en la zona.
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