Las personas que se someten a una abdominoplastia deben seguir una serie de consejos. Al tratarse de un tipo de cirugía estética con la cual se consigue un vientre plano y que entraña incisión, extracción de grasa y estiramiento y mejora del músculo abdominal de las personas, el postoperatorio suele resultar algo doloroso e incluso entrañar a veces una serie de complicaciones.
Por eso, es fundamental seguir al pie de la letra las recomendaciones médicas. BonoMédico ofrece esta intervención y consultas gratuitas con cirujanos expertos en abdominoplastia Barcelona, Málaga, Palma de Mallorca, Madrid, Valencia y Sevilla, entre otras ciudades.
La cirugía de abdominoplastia
Comenzaremos por detallar la intervención para conocer qué medidas se deben seguir después.
Este procedimiento estético se realiza en el hospital, concretamente, en el quirófano con anestesia general. El médico cirujano que lo practicará es un especialista estético-plástico que realizará la operación de dos a seis horas. El cirujano hará una incisión para abrir la zona del abdomen por encima del pubis. Posteriormente extirpará la piel suelta y el tejido con grasa de las zonas medias y bajas del mismo para que se vuelvan más firmes y más planas.
El médico coserá el corte con suturas e introducirá unos drenajes (tubitos) para dejar que el líquido sanguinolento y el seroma que haya salgan fuera de la incisión. Estos drenajes se quitarán transcurridas de 24 a 48 horas. Posteriormente, se podrá un vendaje elástico y firme en el abdomen, que se retirará a las 24 horas y se sustituirá por una faja especial. Dicha faja no podrá quitarse para nada durante las ocho semanas posteriores a la intervención tanto por la mañana como por la noche.
Consejos después de la intervención
Esta intervención mueve músculos, piel y grasa y causa un gran cambio en el interior del paciente, que se traduce en que éste cuando despierte de la anestesia sienta un moderado dolor, para cuyo alivio se le aconsejará que tome analgésicos.
Además experimentará un pequeño sangrado o secreción de seroma por la incisión, durante las primeras 48 horas posteriores. Habrá zonas del abdomen en las que tenga moretones, que irán desapareciendo a la cuarta semana. Podrá presentar temperaturas elevadas, como de fiebre (hasta 38 º). La sensibilidad de la piel del abdomen quedará bastante mermada y volverá a la normalidad pasado un tiempo, pero puede que nunca vuelva a ser la misma. También podrá padecer un poco de inflamación abdominal y del pubis, pero esto pasará a la tercera semana.
El primer consejo que le dará el médico a su paciente será que alguien le ayude durante los primeros días después de la operación, pues no se encontrará del todo bien y no podrá realizar ningún esfuerzo.
También, el médico le aconsejará que duerma y descanse lo máximo posible durante los dos primeros días pero alternando también con pequeños recorridos por casa, para que esta zona tratada del cuerpo se vaya adaptando a su nueva situación. El paciente deberá ser muy cuidados con los apósitos y no mojarlos hasta que no le quiten los puntos.
La postura de descanso que se le aconsejará será de espalda, con la cabeza ligeramente elevada y las piernas flexionadas y con almohadas debajo de las rodillas.
No deberá conducir hasta que se encuentre mucho mejor, se calcula que en cuatro semanas podrá hacerlo. Tampoco podrá hacer ejercicios bruscos durante ocho semanas ni esfuerzos abdominales durante seis semanas.
El paciente volverá a su trabajo transcurridas de 2 a 4 semanas tras la operación. Este tiempo dependerá del estado de salud previo que presentase la persona antes de operarse.
De otra parte, el médico le puede organizar un calendario de revisiones y curas semanales desde el primer mes. Después le revisarán cada dos semanas y se irán dejando más periodos de tiempo, por ejemplo, cada 2-3 meses hasta el primer año. Las curas no entrañarán grandes complicaciones y no necesitará personal sanitario especializado para realizarlas.
Los drenajes se quitarán pasados 5 ó 7 días y una vez hecho esto, coincidiendo con la primera semana después de la operación, la persona se podrá duchar y hacerse una cura con esparadrapo y betadine y, pasado unos días con alguna crema cicatrizante. Por otro lado, después de 3 ó 4 semanas le podrán recomendar para la cicatriz,, que puede estar roja hasta varios meses, unas láminas de silicona.
El paciente puede sufrir tanto retención de líquidos como estreñimiento para lo que se le recomendará beber mucha agua.
Las personas que fumen deberán dejar de hacerlo antes y después de la operación pues el tabaco predispone a una mala circulación en la piel así como la diabetes, que pueden producir necrosis cutáneas.
Los enfermos del corazón, o quienes padezcan complicaciones respiratorias hepáticas no deberán operarse de abdominoplasta pues estas dolencias pueden generar complicaciones graves y no merece la pena sufrirlas por una cirugía estética que busca la belleza sin mermar la salud.
Los diabéticos e hipertensos si podrán operarse pero con un seguimiento mucho más pormenorizado y controlado por parte del médico.
Además las heridas podrán necronarse, sobre todo en la zona de encima del ombligo, pero con curas sencillas se podrán solucionar sin entrar en el quirófano.
Pero en caso de que las heridas hayan sufrido algún problema en el cierre y se queden manchas y pegadas en profundidad se le aconsejará que se las retoque de nuevo en el quirófano, pasados de 10 a 12 meses de la abdominoplastia, pero en esta ocasión el retoque será con anestesia local.
El paciente se irá poniendo mejor poco a poco. Aunque el primer mes se note más hinchado que cuando se operó, esto podrá pasar por los vendajes.
El médico aconsejará el uso de faja mientras el paciente se sienta hinchado. También que un fisioterapeuta le practique drenajes linfático, para mejorar la circulación y el sistema inmunológico, durante los 2 primeros meses y que se dé masajes en el abdomen y encima de la cicatriz en casa.
Los resultados merecerán la pena pues la persona operada recobrará su autoestima y esta nueva apariencia le animará a cambiar sus rutinas de vida, haciéndolas más sanas y saludables e incluso a practicar deporte moderado.
La evolución de la cicatriz que quede será lenta, hasta que pase al menos un año no irá pareciendo más invisible pero con los cuidados adecuados y no exponiéndola al sol resultará cada vez más plana e invisible.