La reducción de pechos es una intervención que está indicada para las mujeres cuyo tamaño de senos es excesivamente grande en proporción al resto de la figura y que este hecho le esté ocasionando problemas físicos o psíquicos. Siempre se realiza en un quirófano de un centro hospitalario y que requiere de ingreso en cama durante al menos dos o tres días para controlar su evolución. Se realiza con anestesia general por lo que la paciente siempre estará dormida.
Su duración suele oscilar entre las dos y las cuatro horas pero es frecuente que pueda alargarse por más tiempo dependiendo de la cantidad de tejido mamario y de piel que se deba eliminar. En esta operación se pueden reubicar los pezones para situarlos en una zona más alta de la mama logrando un mejor resultado estético.
Técnicas utilizadas en la reducción de pechos
Existen diversas técnicas siendo el procedimiento más común la realización de tres incisiones. Estas incisiones se practican una alrededor de la areola, otra desde la areola del pezón bajando en vertical hasta la parte inferior de la mama y la tercera horizontal por todo el pliegue inferior de la mama o surco submamario.
A través de estas incisiones se pueden extraer la cantidad necesaria en cada caso de grasa, piel y tejido mamario. Una vez extraídos se suele situar el pezón y la areola en una zona más alta de la mama. En algunos casos la areola se reduce.
Durante la intervención de reducción de pechos el cirujano mantiene la areola unida a los vasos sanguíneos y a los nervios salvo en las grandes reducciones que necesiten que se separen totalmente. Una vez finalizada la intervención se colocan drenajes y un vendaje especial en las mamas
La sensación de cansancio después de la cirugía es normal y suele perdurar durante varios días. A los tres o cuatros días se podrá hacer una vida casi normal ya que las molestias o el dolor se controlan perfectamente con la medicación que prescribe el cirujano. Estas molestias o dolor moderado pueden durar hasta dos semanas. En algunas mujeres la primera menstruación tras la cirugía puede provocar que se hinchen las mamas y duelan un poco más.
El drenaje de la zona operada se lleva a cabo con unos pequeños tubos que se sitúan pegados a las mamas y que se retiran en pocos días. Los puntos que se aplican durante la operación se suelen retirar transcurridos los primeros diez o catorce días.
Los vendajes especiales que se colocan tras la reducción de pechos se retiran en unos cinco o siete días para sustituirlos por un sujetador especial que deberá utilizarse durante todo el tiempo que estime necesario el cirujano.
Es frecuente que las pacientes sientan una especie de picazón o ardor en la zona de los pezones durante dos o tres semanas.
El dolor o las molestias deben desaparecer progresivamente hasta desaparecer en pocas semanas. Durante ese tiempo pueden tomarse los analgésicos que prescriba el cirujano y siempre acompañados de algún alimento y agua para no dañar el estómago. No se debe aplicar hielo ni calor en la zona operada salvo recomendación del cirujano.
Después de la operación de reducción de pechos
Tras la intervención de reducción de pechos se producen hematomas en la zona que no llegan a desaparecer totalmente hasta que no transcurren cuatro o seis semanas. También es frecuente que aparezcan pequeñas costras en la zona de las incisiones e incluso que aparezca un poco de líquido.
Algunas pacientes sufren una disminución de su sensibilidad en la zona de los pezones que en la mayoría de los casos tiene carácter temporal. En algunos casos la pérdida de sensibilidad es definitiva. La habilidad del cirujano evita en gran parte esa posibilidad. Elegir un cirujano experimentado en muy importante en esta intervención.
El principal beneficio de la reducción de pechos es que sus resultados son permanentes pero son necesarios varios meses para que las mamas consigan su resultado definitivo. Durante ese tiempo se pueden producir cambios hormonales o cambios de peso, incluso embarazos que provocarán cambios en las mamas.
Con esta cirugía los pechos se vuelven más pequeños y más firmes eliminando el peso excesivo por lo que la paciente podrá realizar todo tipo de prácticas deportivas y elegir toda clase de ropa.
Siempre que las expectativas de las pacientes sean realistas, y haya seguido las indicaciones del especialista en el preoperatorio y en el postoperatorio, obtendrán un resultado muy satisfactorio aunque siempre necesitarán un tiempo para adaptarse a su nueva imagen. El cambio de imagen es muy importante y necesita de un tiempo de adaptación. La mayoría de las pacientes alcanzan un grado de satisfacción muy alto con esta cirugía de reducción de pechos.
Los resultados son definitivos ya que la paciente mantendrá un volumen constante en sus nuevos pechos aunque pueden verse alterados por situaciones como un embarazo o un incremento del peso corporal. Lógicamente la forma y la caída de las mamas irán cambiando con el paso de los años como en toda mujer.
En la mayoría de las pacientes no existe inconveniente alguno para la vuelta al trabajo en tres o cuatro días siempre que no el trabajo no implique esfuerzos físicos. Las actividades físicas más importantes deben esperar al menos varias semanas, según la evolución de cada paciente.
No se recomienda el contacto físico en las mamas durante tres o cuatro semanas.
Como medida preventiva y para evitar posibles riesgos, los cirujanos aconsejan que los tejidos eliminados en la reducción de pechos se analicen en el laboratorio para comprobar que se trata de tejido sano y que no existe ningún tipo de tumor. Los científicos ha comprobado que la existencia de la proteína denominada TGF Beta 1 puede indicar la posibilidad de una hiperplasia atípica que es una situación de riego de aparición de un futuro tumor cancerígeno. Si se detecta esta proteína la paciente debe seguir una rutina de controles en la mama para detectar a tiempo el desarrollo de un tumor en el pecho. Esa proteína actúa en el proceso de crecimiento y muerte de las células por lo que si su nivel es muy elevado se incrementan las posibilidades de un proceso cancerígeno.
Tras la operación de reducción de pechos resulta necesaria una rutina de controles periódicos con el cirujano plástico para controlar la evolución de los pechos. Son revisiones de control para asegurar una correcta evolución y prevenir cualquier complicación.
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