Plaquetas altas: síntomas

Las plaquetas o trombocitos son una parte de la sangre, lo mismo que los glóbulos rojos y glóbulos blancos, cuya función principal es proporcionar la coagulación necesaria en el organismo para que no se produzcan hemorragias y sanen bien las heridas. El disponer del número adecuado de plaquetas nos asegurará en parte estar sanos, ya que existen diversos factores de riesgo de plaquetas bajas y un exceso de las mismas nos provocaría determinados síntomas de plaquetas altas que detallaremos más adelante.

Algunas veces, los pacientes con un tipo de infección no muy fuerte pueden tener un bajo conteo y no presentar ninguno de los síntomas de plaquetas bajas. Pero por lo general, si el número de estas es muy inferior debido a diferentes motivos por los que bajan las plaquetas, el sangrado de nariz, encías, boca, etc., podrá producirse incluso al realizar actividades normales y cotidianas. En el caso que nos ocupa, número alto de plaquetas, la cosa cambia un poco y –al contrario que en los riesgos de las plaquetas bajas– el mayor que se sufre es la coagulación sanguínea.

¿A qué se debe la aparición de los síntomas de plaquetas altas?

Un número excesivamente alto de plaquetas también puede ocasionar problemas de salud.

La presencia excesiva de plaquetas en nuestro organismo se denomina trombocitosis o trombocitemia esencial. Se tienen plaquetas de más cuando su número es superior a 400.000 por microlitro (mcL) de plaquetas en sangre, porque lo normal es que se tengan valores entre 150.000 y 400.000 por microlitro (mcL).

El motivo por el que se tienen este número de plaquetas puede ser debido a:

• La ingesta de ciertos medicamentos.
• Padecer cáncer.
• Anemia por bajo nivel de hierro.
• Infecciones.
• Cirugía mayor o traumatismo.
• Reacciones alérgicas.
• Padecer anemia hemolítica (un tipo de anemia que destruye glóbulos rojos en sangre).
• Policitemia vera (enfermedad de la médula ósea).
• La médula ósea produce plaquetas de más sin motivo aparente (trombocitemia primaria).
• Extirpación reciente del bazo.

Por eso, antes de realizar un diagnóstico, el médico deberá descartar todo lo que produce plaquetas altas. La trombocitemia es el exceso de plaquetas en sangre. Si se le añade esencial, significa que este aumento es un problema que se origina en la médula ósea, que produce muchas de estas células sanguíneas -por encima de la media-.

En cambio, la trombocitosis secundaria también produce un alto número de plaquetas en sangre pero como consecuencia de otros problemas como los mencionados en el párrafo anterior (deficiencia de hierro en adultos, extirpación del bazo o enfermedad inflamatoria, entre otros ya mencionados). Por este motivo, se supone que el paciente que se cure o acabe con estos problemas médicos relacionados con los síntomas de plaquetas altas, volvería a tener un número normal de estas.

Pruebas para determinar el motivo alto de plaquetas

Para averiguar si el aumento de plaquetas es por trombocitemia esencial, el médico prescribirá un análisis de sangre completo (hemograma) en el que se incluye el conteo de plaquetas. Casi todos los pacientes con trombocitemia esencial tienen más de 600.000 plaquetas por microlitro de sangre. El médico, además de esto, analizará si este conteo se mantiene en el tiempo sin bajar.

Realizará además pruebas genéticas para detectar la presencia y mutación del gen JAK2, así como cualquier anomalía genética o molecular en la sangre o médula ósea del paciente. Podrá determinar realizar una biopsia de la médula ósea para descartar o confirmar que hay enfermedades relacionadas con estas que explicarían este conteo excesivo. Además, también podría comprobar los niveles de ácido úrico a través del análisis de sangre.

¿Cuáles son los principales síntomas de plaquetas altas?

Las personas con trombocitosis o trombocitemia esencial pueden presentar los siguientes síntomas de plaquetas altas:

• Vértigos, dolor de cabeza, mareos, debilidad, adormecimiento en una zona del cuerpo, dificultad al hablar y otras señales de que el riego sanguíneo al cerebro no es el correcto.
• Trombosis de una arteria o vena.
• Sangrado excesivo o sin causa aparente.
  
  

  Tener las plaquetas altas puede causar una serie variada de síntomas.

• Aumento del bazo. El médico lo comprueba tras una ecografía o examen físico.
• Entumecimiento o ardor y dolor en pies y manos que se agrava con el calor o ejercicio o cuando se mantienen abajo las piernas durante mucho tiempo. La piel de las extremidades se puede volver de un rojizo irregular produciéndose eritromelalgia. Esto se produce cuando se disminuye el flujo sanguíneo hacia los dedos de las manos y los pies (microcirculación).
• Cansancio excesivo, debilidad, sudoración, escozor y algo de fiebre se pueden dar en casos más graves.
• Trombosis. Es más frecuente en el caso de plaquetas altas que el sangrado. Si dicha trombosis produce un coágulo, se impide el flujo de sangre a un órgano, por ejemplo, el corazón, produciendo un ataque cardíaco y en el cerebro un derrame cerebral.

A veces, esta trombocitemia esencial puede volverse una neoplasia mieloproliferativa (tipo de enfermedad de la sangre y médula ósea), leucemia aguda u otro tipo de cáncer también de la médula ósea, pero no es lo habitual.

¿Cómo sería el tratamiento a aplicar?

El médico, una vez posea toda la información oportuna y al igual que en el caso de cómo subir las plaquetas, establecerá un tratamiento específico.

En caso de pacientes cuyo riesgo de coagulación sea bajo, no tendrá que aplicarles ninguna terapia, aunque pueda aconsejarles la utilización de dosis bajas de aspirina. Para los pacientes con altos riesgos de coagulación será necesaria una rápida intervención médica que disminuya el número de plaquetas a niveles normales y se les podrá administrar una dosis baja de aspirina con objeto de evitar coágulos.

El paciente que tenga alto riesgo de padecer un ataque cerebral u otra complicación mortal podrá ser sometido a un tratamiento denominado trombocitaféresis que reduce de forma muy rápida las plaquetas en sangre.

El hematólogo es el especialista médico encargado de prescribir un tratamiento para las plaquetas altas.

Otro de los tratamientos que se podrá sugerir será la administración, de forma prolongada, de medicamentos como anagrelida, interferón-alfa o hidroxiurea. En caso de que el motivo de la alteración en el número de plaquetas se deba a una mutación en el gen JAK2, se usarán inhibidores especiales de dicha proteína JAK2.

Como hemos dicho antes, también se podrá utilizar aspirina en una dosis baja para evitar la coagulación sanguínea. Este tratamiento se aplicará a personas mayores o con niveles de plaquetas muy altos y que hayan padecido episodios de coagulación anteriores.

Todos estos consejos y recomendaciones sirven a título meramente informativo. Pues, en caso de padecer alguno de los síntomas de plaquetas altas expuestos a lo largo de este artículo, será siempre recomendable y fundamental acudir a un médico que determine la causa real, establezca las pruebas oportunas, diagnostique el problema y ponga el tratamiento adecuado.