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La rinoplastia es una intervención quirúrgica muy común que busca solventar problemas estéticos de la nariz, logrando la armonía en el rostro del paciente. Las personas adecuadas para esta operación son aquellas que buscan una mejoría y no la perfección absoluta en su faz. Los resultados son magníficos y la cicatriz, completamente imperceptible y normalmente oculta en el interior de las fosas nasales.
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Resulta fundamental que aquellos pacientes que hayan decidido someterse a una intervención de rinoplastia en Tarragona conozcan todos los detalles de la misma acerca de las hipotéticas complicaciones, las ventajas y los resultados que pueden llegar a alcanzarse. Previamente a la toma de una decisión firme hay que escuchar la opinión del cirujano y considerar que la consecución de las expectativas varía dependiendo de la trayectoria y de las cualidades de este.
De este modo, cuando la persona se disponga a seleccionar al cirujano encargado de la operación de rinoplastia, deberá informarse sobre su destreza quirúrgica pero además sobre su criterio de belleza, para así verificar que se asemeja a las expectativas que se pretenden conseguir.
Los cirujanos plásticos no son simples cirujanos, ya que de forma habitual poseen la adecuada formación académica y una dilatada trayectoria en el sector estético. Y es que solo así podrán dominar los diferentes procedimientos a emplear con el objetivo de alcanzar un rostro simétrico que guarde las debidas proporciones.
Determinadas imperfecciones funcionales y estéticas de la nariz pueden corregirse con esta rinoplastia en Tarragona.
Una cirugía de rinoplastia puede reparar distintas imperfecciones, entre las que destacan:
Requisito indispensable para que mediante la intervención se alcancen los objetivos perseguidos es que el cirujano no desprecie la forma del rostro a la hora de conseguir unas adecuadas proporciones. Debido a ello, una cirugía de este tipo habrá de practicarse a una edad en la cual el desarrollo del paciente sea completo. Independientemente de que se coloquen o no injertos e implantes en la rinoplastia, a través de ella el cirujano disminuirá o aumentará las fosas nasales, el tabique o modificará la anatomía nasal, para lo que ha de contar con la necesaria capacidad integradora en ese sentido.
La elección del cirujano no debe basarse únicamente en opiniones y consejos que el médico le proporcione. También tendrá que solicitarle una galería fotográfica en la que se reflejen intervenciones que ha llevado a cabo, pues no es recomendable centrarse solamente en posibles comentarios.
Al igual que sucede con el resto de cirugías, la operación de rinoplastia en Tarragona, aunque poco frecuentes, conlleva distintos riesgos e hipotéticas complicaciones en el futuro.
La rinoplastia stá considerada una intervención muy segura y con la que suelen conseguirse las expectativas deseadas.
La probabilidad de que aparezcan estos riesgos, problemas o complicaciones en la rinoplastia disminuye sustancialmente siempre y cuando se cumplan las indicaciones que el cirujano facilite una vez concluida la cirugía. No obstante, las complicaciones más frecuentes serían las siguientes:
La probabilidad de que aparezcan riesgos en esta cirugía es muy baja siempre que se atiendan los consejos médicos.
En otras palabras, la comunicación existente entre paciente y cirujano ha de ser permanente y fluida. A lo largo de la fase previa a la intervención, el paciente habrá de exponer al cirujano las expectativas que anhela con la misma, y este valorará la viabilidad de alcanzarlas o no según determinados criterios de salud y belleza. Así, se reducirá la distancia entre los objetivos iniciales del paciente y los que verdaderamente se alcancen tras la intervención, ya que existen muchos mitos y verdades de la rinoplastia.
Cabe la posibilidad de que la satisfacción del paciente no sea total una vez puedan apreciarse los resultados definitivos, pero esto no estará causado por un fallo de la operación y sí por unas desmesuradas e irreales expectativas. Con motivo de todo esto, el paciente deberá establecer contacto con el cirujano para comunicarle sus objetivos en relación a la cirugía y este sopesará si se pueden conseguir o, en el peor de los casos, si no es conveniente la rinoplastia por motivos estéticos.
La edad ideal para la rinoplastia llega cuando ha concluido el proceso de osificación de los huesos de la cara, lo cual suele suceder aproximadamente entre los 15 y los 17 años. No obstante, siempre resultará más conveniente esperar a cumplir los 18 antes de decidir someterse a la operación.
No, para nada puede catalogarse como una cirugía dolorosa. Debido a ello, lo más frecuente es que no se precisen analgésicos para calmar el dolor.
No es nada habitual que surjan riesgos en este tipo de intervenciones.
Y es que, a pesar de que cualquier cirugía conlleva determinadas complicaciones, en una rinoplastia en Tarragona estas no son en absoluto comunes. Sin embargo, en relación a este asunto podríamos diferenciar:
En esta lista no figura la opción de que determinados pacientes precisen un pequeño retoque después de la operación, ya que esta situación no puede considerarse una complicación en sí. Este hecho ocurre en aproximadamente un 5% de los casos, si bien en la práctica totalidad de situaciones es imposible de predecir.
Es otra de las preguntas frecuentes en la rinoplastia. En los tres días iniciales después de la intervención, se colocará un pequeño tapón que obligará a que la respiración se lleve a cabo por la boca. Una vez que este tapón es retirado, sí que se podrá respirar habitualmente por la nariz, aunque al principio no será muy fácil debido a la pequeñas costras que se forman dentro de ella y a la característica hinchazón posterior la operación. Algunos días después, siempre y cuando se cumplan las indicaciones prescritas, este riesgo irá desapareciendo de manera paulatina.
Cuando pasen alrededor de 10 días se procederá a la retirada de la escayola y la nariz ofrecerá una apariencia perfectamente apta como para desempeñar una vida completamente normal. Sin embargo, tampoco deja de ser verdad que el resultado permanente con todos sus detalles no podrá vislumbrarse hasta que transcurra un mayor lapso temporal, siendo este de medio año en buena parte de las veces.
Si bien es cierto que el sol jamás se recomienda durante el proceso de cicatrización, en el caso específico de la rinoplastia únicamente hay una cicatriz -y muy pequeña- en la base de la nariz, siempre que se haya optado por la vía de acceso abierto. Debido a esto, no hay una contraindicación específica en relación al sol y la rinoplastia, salvo el calor que se proyecta en ella durante los dos primeros meses posteriores a la intervención. Tampoco el edema ayuda a que esta sea una opción muy recomendable.
A pesar de que es verdad que no se puede apreciar con la vista, el edema que manera irreparable provoca la intervención, continuará a lo largo de un período temporal notable. Este matiz se realzará con el uso de gafas, pues resultará una marca en el área de nariz sobre la que descansan.
Aunque no exista contraindicación alguna al respecto, sí que se da el consejo de no utilizarlas de forma constante durante los dos primeros meses tras la cirugía de rinoplastia en Tarragona. No obstante, sí que podrían emplearse siempre y cuando se descanse un tiempo determinado entre utilización y utilización. Solo de este modo la marca que anteriormente mencionábamos desparecerá previamente a volvernos a poner las gafas.
Bibliografía:
Aviso: esta página contiene artículos de contenido médico y sanitario pero en ningún momento debe tomarse como guía exclusiva para un problema de salud. Para cualquier duda sobre un problema de salud debe acudir al especialista. BonoMédico no es un consultorio médico.
