Digestivos en Sevilla

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Dolor en el Estómago

Dolor en el Estómago

La pared del estómago es sensible a los mismos estímulos que el resto de las vísceras huecas, es decir, a la distensión, el espasmo, la inflamación y la isquemia. Por ello todos los trastornos, orgánicos y funcionales, de origen gástrico o extragástrico, generadores de estos estímulos, son fuente de dolor para los pacientes de los digestivos de Sevilla. En cuanto a las características del dolor gástrico sólo el de las úlceras gástrica y duodenal, no complicadas, las ofrecen bien definidas y son las siguientes:

  1. Carácter variable, pero generalmente de tipo calambre, punzante o urente; Localización en epigastrio, más o menos arriba o abajo y a la derecha o a la izquierda de la línea media; generalmente puede ser localizado con precisión;
  2. Irradiación: el de la úlcera no complicada generalmente no se irradia y desde luego, no hay irradiaciones típicas; Ritmo diario: aparece de 1/2 a 3 horas después de la comida; Periodicidad: temporadas de molestias diarias en primavera y otoño con una duración irregular entre cada periodo de molestias.
  3. Circunstancias que se alivian: la ingestión de alimentos y de alcalinos.

En otras gastropatías orgánicas como gastritis o cáncer, en la aerofagia o deglución de aire en grandes cantidades, y en los trastornos motores, de origen psíquico o reflejo, la molestia o el dolor no tiene nada de característico, si exceptuamos el frecuente carácter tensivo. Tales molestias son calificadas de dispépticas, pues dispepsia o indigestión es un término vago, con el que se designa a los diversos trastornos, entre ellos los sensitivos, que el paciente atribuye a una digestión anormal. Estas molestias dispépticas pueden ser precoces, dispepsia hiperesténica, es decir, aparecer inmediatamente después de la comida, o tardías, dispepsia hipoesténica, si surgen pasado cierto tiempo después de haber comido, pero se trata de un detalle que no tiene aplicación al diagnóstico de los digestivos de Sevilla, pues no sigue reglas fijas.

Estomago Operado: Aunque se van imponiendo intervenciones que cada vez mutilan menos, las que se han realizado en el pasado, y algunas que siguen utilizándose los trastornos que pueden ocasionar son los siguientes: molestias de "estómago pequeño": por haberse reducido la capacidad de la viscera, el paciente se siente repleto con muy poca cantidad de alimentos.

El vaciamiento precoz y brusco da origen a estos dos síndromes: Síndrome precoz postalimentación en el que al terminar de comer,o poco después, el paciente experimenta una serie de sensaciones extrañas, como plenitud y distensión abdominal, debilidad, sudoración y palpitaciones; en estos momentos aparece pálido y tiene taquicardia.

Síndrome tardío postalimentacióñ: entré la 1/2 y las 3 horas después de la comida, el paciente experimenta debilidad, sensación de hambre, sudoración profusa, etc., y, a la vez, es posible comprobar una hipoglucemla, que es la responsable del cuadro. A su vez, la hipoglucemia es el resultado de una reacción excesiva de secreción de insulina, ante la hiperglucemia desencadenada por la absorción brusca de la glucosa derivada de la digestión de los hidratos de carbono.

Síndrome del asa aferente: Sólo se observa por los digestivos de Sevilla cuando la resección se combina con gastroyeyunostomía ya que sólo en este caso existe asa aferente, es decir, la situada por delante de la boca anastomótica. Pues bien, cuando las secreciones biliar y pancreática se estancan en el asa aferente provocan una sensación de tensión molesta en la mitad superior del abdomen, que cesa inmediatamente al vaciarse el asa, mediante vómitos de una mezcla de jugo pancreático y bilis.

El síndrome carencial postgastrectomía se atribuye a los siguientes factores: déficit de factor intrínseco, lo que supone incapacidad para absorber la vitamina Bi2; al déficit de fermentos pancreáticos, pues al no vaciarse el estómago a través del duodeno, no es estimulada la mucosa de éste y no segrega las hormonas secretina y pancreocimina, promotoras de la secreción pancreática; la defectuosa mezcla de los alimentos con la bilis y el jugo pancreático, pues aquéllos llegan al yeyuno, a través de la boca anastomótica, antes que los jugos digestivos, que tienen que atravesar el asa aferente; la aceleración del tránsito intestinal y, por tanto, absorción insuficiente por acortamiento del tiempo de contacto entre el contenido intestinal y la mucosa; la alteración de la mucosa del intestino delgado; y la proliferación bacteriana en el asa aferente, que consume la vitamina B12 y que, actuando sobre las sales biliares, las incapacita para ejercer su acción de promover la absorción de las grasas.

Trastornos de la Motilidad Intestinal: El intestino es un órgano tubular destinado a la digestión, la absorción y la propulsión del quimo. Consta de dos regiones estudiadas por los digestivos de Sevilla: El delgado mide 5-8 m. y es de pequeño calibre; es característica su disposición en "asas" y su misión es absorber y promover el avance de su contenido, a la vez que, en su luz y, en parte, en su pared, se completa la digestión.

El grueso, ciego, ascendente, transverso, descendente, sigmoide y recto, mide 1,5 m. y morfológicamente le caracterizan las "haustras"; la mitad derecha sirve a la absorción, de agua y electrolitos, y a la propulsión, y la izquierda al almacenamiento de las heces y su expulsión periódica. Con procedimientos adecuados es posible registrar 4 tipos de contracciones que dan lugar a 3 formas de movimientos: pendulares y de segmentación, que sirven para mezclar y amasar el contenido, y las ondas peristálticas y antiperistálticas, estas últimas en el final del íleon y en el colon ascendente, destinadas a promover la propulsión en uno u otro sentido.

La actividad motora de los diversos segmentos intestinales no está coordinada, aunque el resultado final es el avance del contenido. En líneas generales, el tránsito intestinal discurre así: a las 2-4 horas el quimo se encuentra ya en el íleon terminal y a las 7-8 horas, coincidiendo con la próxima comida, que pone en marcha el reflejo gastro-íleal, pasa al ciego; tarda unas 12 horas en atravesar el colon ascendente y prosigue lentamente por el transverso hacia el descendente y sigmoide, donde queda almacenado hasta que a las 48-72 horas tiene lugar el último acto de la función intestinal, la defecación o expulsión de las heces que, además de los residuos, contienen células descamadas y bacterias.

Como advierten los digestivos de Sevilla la defecación es un reflejo, despertado al entrar las heces en el recto y distenderlo; la respuesta consiste en la contracción del recto y de la musculatura abdominal y el descenso del diafragma, todo lo cual proporciona la fuerza expulsiva, y la contracción del elevador del ano y relajación de los esfínteres, que abren la vía a seguir por las heces. La contracción voluntaria del esfínter externo puede impedirla.

El control de la motilidad intestinal corre a cargo, fundamentalmente, del sistema nervioso: el vago la estimula y el simpático la frena. Otros reflejos, más complejos, son el gastro-íleal y el gastro-cólico, mediante los cuales la replección del estómago pone en movimiento al íleon terminal y al colon. El centro del reflejo de la defecación, que está conexionado con estructuras superiores, está situado en la médula sacra. La gastrina es estimulante de la motilidad intestinal. La función motora puede ser estudiada radiológicamente, siguiendo el tránsito de una papilla administrada por vía oral.

El estudio de las heces, aparte de otras aplicaciones, proporciona datos indirectos a los digestivos de Sevilla de la función motora. Previamente, conviene que el paciente observe durante unos días una dieta adecuada. El estudio de las heces comprende el examen macroscópico, el examen microscópico, el análisis químico y el bacteriológico. Examen macroscópico, si es posible sobre heces recién emitidas, prestando atención a los siguientes detalles:

  1. Cantidad: está aumentada en las diarreas por afectación del intestino delgado, y suele ser escada, con deposiciones muy frecuentes, en las del grueso.
  2. Forma y consistencia: en el estreñimiento son masas duras y secas, a veces pequeñas, como pildoras yen las diarreas carecen de forma, pues son pastosas o líquidas.
  3. Color: el normal, marrón, depende de la alimentación, pues es más oscuro con la que contiene mucha carne que con la rica en vegetales.
  4. Olor: El olor normal, desagradable, está acentuado cuando aumentan las putrefaciones; cuando aumentan las fermentaciones
  5. Presencia de componentes anormales: La presencia de fragmentos de alimentos es índice de digestión insuficiente, y las heces de los pacientes portadores de lesiones inflamatorio-ulcerativas del colon, colitis ulcerosa, disenterías amebianas y bacilar, contienen moco, sangre y pus. Otros componentes anormales, apreciables a simple vista, son ciertos parásitos, áscaris, oxiuros, tenias y cálculos biliares.

El examen microscópico permite a los digestivos de Sevilla demostrar la existencia de restos alimenticios, es decir, fibras musculares (creatorrea), granos de almidón (amilorrea) y gotas de grasa y cristales de ácidos grasos (esteatorrea); otros datos obtenidos de esta forma son leucocitos, presentes en las inflamaciones del colon, parásitos o sus huevos, en las infestaciones por los mismos, etc.

El estudio químico detecta la presencia de sangre en pequeñas cantidades, y, por tanto, no visible, sangre oculta y el estudio bacteriológico es muy interesante para averiguar la etiología de las inflamaciones por agentes vivos.

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