
La motilidad gástrica es anormal cuando lo son el tono y la peristáltica, o una de sus consecuencias, el vaciamiento de la viscera. Entre los trastornos de este último figura el vómito, uno de los grandes síntomas de la patología del estómago en la consulta de los digestivos de Málaga. Trastornos del Tono y de la Peristáltica:
Las dos modalidades de la motilidad gástrica suelen afectarse simultáneamente, lo cual no tiene nada de particular si tenemos en cuenta que ambas están regidas, fundamentalmente, por el tono vagal y sus alteraciones lo son por exceso o por defecto: Las de aumento suelen ser de origen psíquico o el resultado de un reflejo, cuyo punto de partida puede ser el mismo estómago lesionado, úlcera, cáncer, etc, u otras visceras, vías biliares, vías urinarias, aparato genital femenino, etc., también anormalmente irritadas. Las de disminución al igual que en el aumento, la disminución del tono y del peristaltismo gástricos pueden ser de origen psíquico y reflejo; otras causas de pereza gástrica detectadas por los digestivos de Málaga, todas ellas depresoras de la excitabilidad de la fibra muscular lisa de la pared del estómago, son las siguientes: lesión de las fibras nerviosas vegetativas, frecuente en la diabetes, ciertos trastornos hidroelectrolíticos, hipopotasemia, acidosis, etc, deficiencias hormonales, insuficiencia corticosuprarrenal, hipoparatiroidismo, toxicosis infecciosas y carencias alimenticias. Estos trastornos, que pueden adoptar la forma de espasmos, contracciones violentas, son la causa, por sí mismos o a través de los disturbios de la evacuación a que pueden dar origen, de molestias epigástricas, generalmente imprecisas, que calificamos de dispépticas.
Mayor trascendencia tiene el Síndrome de dilatación aguda del estómago, expresión máxima de la insuficiencia motora, además desarrollada bruscamente, que puede aparecer en el postoperatorio y en otras circunstancias, pero que, actualmente, gracias a que los pacientes pueden ser mejor atendidos, es absolutamente excepcional.
Trastornos de la Evacuación Gástrica: Los que realmente tienen interés clínico son, el Síndrome de estenosis pilórica y el Vómito. Síndrome de Estenosis Pilórica: Prácticamente siempre es mecánica y, como siempre que se pone en compromiso la permeabilidad de un órgano hueco de esta forma, las causas pueden residir en la luz, en la pared o fuera de ella.
Existen causas intraluminares como cuerpos extraños. Causas parietales como las úlceras, que actúan a este respecto mediante cicatrices retráctiles, edema y espasmos, y los carcinomas. Y causas extraparietales como las tumoraciones de los órganos próximos que actúan por compresión. En esta patología se pasa por dos fases:
Esta serie de trastornos funcionales se traduce en los siguientes síntomas y signos: en la primera fase (de lucha o compensada) aparece el hiperpersitaltismo de lucha que da origen a dolores de tipo cólico ,intermitentes. Y en la segunda fase (de atonía o descompensación) persiste el dolor, pero en esta fase es tensivo y continuo, pues su causa es la distensión de la pared. Pero lo más característico de esta fase son los vómitos de retención, que son tardíos, en ellos es posible reconocer los alimentos ingeridos días antes, abundantes a que contienen alimentos más secreciones, malolientes por la descomposición de los alimentos y que además alivian ya que descargan a la viscera.
La repercusión general, advierten los digestivos de Málaga, es intensa: anorexia, aparte de que el paciente rehusa comer para evitar que le aumenten las molestias, astenia profunda, pérdida de peso, deshidratación, lengua seca, persistencia del pliegue cutáneo y sed.
Vómito: Es la expulsión del contenido gástrico activamente, aunque la que actúa no sea la musculatura gástrica, por la boca. Se trata de un complicado acto motor, dirigido por un centro, el centro del vómito, situado en el bulbo. Este centro puede ser excitado directamente, a veces a través de un núcleo próximo captador de los estímulos, desde la corteza y desde la periferia del organismo, sobre todo desde la cavidad abdominal; en este último caso es un acto reflejo, cuya vía aferente suelen ser el vago y el simpático abdominales y la eferente, que es la que siguen los impulsos procedentes del centro, cualquiera que sea el estímulo que ha actuado sobre él, abarca multitud de nervios vegetativos y somáticos.
Los fenómenos implicados se desarrollan en los pacientes de los los digestivos de Málaga con el siguiente orden. El individuo experimenta una sensación especial, referida a la faringe o al epigastrio, que calificamos de "náuseas" y una serie de trastornos vegetativos, que incluye palidez, sudoración, taquicardia, etc. Seguidamente se ocluye el píloro, por contraerse violentamente todo el antro, y se relajan el cuerpo del estómago y el esófago, de tal forma que al ascender la presión intra abdominal, por descender el diafragma y contraerse bruscamente los músculos de la pared abdominal, el contenido del estómago es lanzado al exterior a través del esófago y de la boca. La proyección de la lengua hacia adelante lo facilita, y el cierre de la glotis y de la comunicación de la faringe con la cavidad nasal evita que el material vomitado siga otros caminos. A veces, no se llega a expulsar nada, y a estos vómitos frustrados se los suele denominar "arcadas".
Las causas son muchas y suelen ser clasificadas en centrales y periféricas, según que actúen dentro o fuera de los centros nerviosos.Existen otras muchas clasificaciones pero describiremos esta.
Algunos tipos de vómitos proporcionan a los digestivos de Málaga una orientación diagnóstica interesante, al ser característicos, por la forma de desarrollarse, el momento en que aparecen, el alivio que producen o el aspecto, sabor y olor del material vomitado.
Los que alivian son índice de gastropatias y en ellos es frecuente que los pacientes se provoquen el vómito,irritando la faringe, zona reflexógena especialmente sensible.
Por el aspecto, sabor y olor del material vomitado podemos establecer los siguientes tipos de vómito:
alimenticios: cuando son reconocibles los alimentos ingeridos; los realmente característicos son los tardíos, que contienen los alimentos ingeridos días antes y que son propios de la estenosis pilórica;
Acuosos, es decir, claros, pues son a base de secreción gástrica; si tienen sabor ácido y olor penetrante, la causa suele ser la úlcera duodenal
Biliosos, es decir, de color amarillo-verdoso y sabor amargo, son todos los vómitos tenaces, pues en ellos hay regurgitación duodeno-gástrica.
Porráceos que son de color verde, como los puerros, y significan la expulsión del contenido del intestino delgado; se observan en el íleo;
Fecaloideos, de aspecto y color como las heces, que es lo que realmente son; se observan también en el íleo, pero en períodos avanzados.
Purulentos, son excepcionales y expresan o la existencia de una gastritis supurada o la perforación de un absceso en el estómago.
En principio el vómito es un recurso defensivo, que permite eliminar materiales que estorban o dañan. Pero como otros fenómenos semejantes, como la tos, pueden tener consecuencias desagradables, como son la introducción de parte del material vomitado en los pulmones dando origen a neumonías y cuando es tenaz puede dar origen a los trastornos generales como la desnutrición, deshidratación, hipopotasemia, hipocloremia y azotemia.