Rinoplastia en Córdoba por el precio máximo final de 3.890 € en lugar de 5.450 € (el precio final puede ser inferior al anunciado). Precio final y sin sorpresas. Ahora puedes conseguir la nariz que quieres gracias a esta operación.
La rinoplastia es una intervención quirúrgica que busca, sobre todo, resolver problemas estéticos de la nariz, alcanzando la armonía en el rostro del paciente.
La primera consulta es en Clínica IFEM, donde el especialista te atenderá. Allí conocerás todos los detalles de la operación, que se llevaría a cabo en Clínica IFEM.
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La rinoplastia en Córdoba es una de las cirugías más demandadas en la actualidad y su finalidad es corregir la apariencia de la nariz por:
Con la intervención de rinoplastia, el paciente logra la apariencia deseada y puede incidir sobre:
Una pequeña proporción de estas cirugías precisan, seis meses después, una revisión para conseguir los resultados deseados en un principio.
La opinión de un cirujano experto es imprescindible para despejar dudas o falsos mitos y evitar errores o malas decisiones, ya que en una primera fase, antes de la intervención, determinará si tiene la edad suficiente y realizará tanto una historia clínica como un examen médico para valorar cada caso en particular y descartar cualquier contraindicación que pudiera existir en esta intervención quirúrgica evitando complicaciones.
Para recuperar la funcionalidad de la nariz una solución es la rinoplastia en Córdoba.
Además, tomará fotos del perfil del rostro y, con ayuda de los resultados obtenidos en otras pacientes o de simulaciones por ordenador, ofrecerá valiosos consejos para obtener un resultado óptimo tanto estética como funcionalmente. Conseguir un adecuado equilibrio y proporción en el rostro es el principal objetivo, intentando que la intervención resulte prácticamente indetectable.
Existen diversos tipos de rinoplastia en Córdoba y deben realizarse en un hospital o centro médico que cuente con un quirófano, ya que requiere de anestesia general en muchos de los casos.
La duración de una intervención de rinoplastia suele oscilar entre una y tres horas.
Si bien hay otras clases de rinoplastia, las principales serían las siguientes:
Por regla general, el cirujano realizará incisiones internas para realizar las modificaciones programadas, por lo que las futuras cicatrices serán imperceptibles.
Las estructuras óseas y cartilaginosas de la nariz, serán modificadas por el cirujano hasta alcanzar la forma pretendida.
La operación de rinoplastia en Córdoba dura habitualmente una hora, tras la cual se coloca un taponamiento nasal que se suele retirar a las 24 horas salvo que se haya realizado una rinoseptoplastia, en cuyo caso se mantiene dos o tres días. También se aplica a nivel nasal una férula de escayola que se mantiene alrededor de una semana.
Tras la intervención puede aparecer un edema y equimosis, que suelen desaparecer en una semana aproximadamente. Para el dolor o las molestias el médico prescribirá analgésicos y antiinflamatorios. Tras 8 o 10 días los pacientes podrán volver a realizar su actividad rutinaria. Durante las primeras semanas se debe evitar actividades físicas intensas o tomar el sol para que el proceso de cicatrización sea el correcto.
Es una intervención que logra aumentar la autoestima del paciente ya que sus resultados son visibles de inmediato y pueden lograr desde una sutil modificación del rostro hasta un cambio radical. No obstante, el resultado final tarda en ser valorable ya que los tejidos y cicatrices tardan meses, a veces hasta un año, hasta llegar hasta tener el aspecto deseado.
Una de las causas más frecuentes que motivan la intervención de rinoplastia en Córdoba son los traumatismos nasales. Estos traumatismos pueden tener serias consecuencias como los que se describen a continuación.
El hematoma del tabique produce obstrucción nasal y es normalmente indoloro. Por regla general, los hematomas de pequeño volumen se reabsorben espontáneamente, pero no es este el caso de los grandes que requieren un vaciamiento quirúrgico. La punción aspiradora no es suficiente, puesto que en la cavidad originada se han separado los componentes líquidos y sólidos de la sangre y, aunque se consiga la evacuación de los primeros, el coágulo quedará allí sobre una zona fracturada, cuya recuperación -en el mejor de los casos- entorpecerá y perturbará.
Al puncionar, hay un gran riesgo de que el hematoma se infecte.
De la probabilidad de infección surge la necesidad de incidir la mucosa en el punto declive, aspirar coágulos y eliminar los pequeños fragmentos osteo-cartilaginosos que pudiera haber, colocando los grandes en posición adecuada, suturando la mucosa y utilizando mechas de material plástico poroso para reponerla en posición sin necesidad de hacer sobre ella una presión considerable.
Cuando el hematoma se infecta, cosa bastante frecuente si no se procedió a su evacuación inmediata y completa, el abultamiento nasal se hace doloroso y aparece un intenso edema de nariz y párpados con linfangitis superficial y fiebre. Es decir, el hematoma se ha convertido en absceso.
El absceso debe evacuarse lo antes posible. Tras incidir la mucosa y aspirar el pus, se lavará la cavidad con líquido, dejando un drenaje elemental y blando. Procede utilizar antibióticos, pero aun así no siempre se llega a tiempo de evitar la necrosis del cartílago cuadrangular, con la consiguiente deformación de la pirámide nasal que ello implica. Si ocurre esta circunstancia, el médico decidirá sobre la conveniencia de realizar una rinoplastia en Córdoba.
Aunque el absceso del tabique sea casi siempre la consecuencia de un hematoma infectado, los hay sin antecedente traumático. Entre ellos tenemos los aparecidos en las enfermedades infecciosas -tifoidea, escarlatina y sarampión- en individuos con malas defensas, y el absceso secundario a lesiones osteíticas de maxilar superior por caries de los incisivos medios. Los primeros se producen por émbolos sépticos y los segundos por la progresión de lesiones óseas iniciadas en el alveolo dentario.
Uno de los motivos para someterse a esta intervención son los traumatismos nasales.
Tras proceder a una limpieza cuidadosa y asegurarse de que no hay compromiso de las formaciones esqueléticas, se procederá a la regularización de los bordes hasta que estos tengan un contorno limpio y nítido que permita un buen enfrentamiento. Luego se hace una sutura intradérmica. Puede resultar complicada en las heridas irregulares, pero con paciencia es posible lograr casi siempre una reconstrucción buena.
Por descontado que el herido estará profundamente anestesiado, y que en razón de evitar deformaciones no hay que tener en cuenta para nada el tiempo. En caso de haber pequeñas pérdidas de substancia, se intentará conseguir un estiramiento de los sectores vecinos sin dejar la piel excesivamente tensa, con lo que se logran buenos resultados incluso en arrancamientos casi totales de la pirámide. De haber pérdidas de substancia considerables, se hará una reconstrucción como prólogo de ulteriores intervenciones de rinoplastia en Córdoba.
Cuando la herida coexiste con lesiones óseas, primero se localizan estas, se reducen en el caso de que hubiese desplazamientos óseos y luego se procede al arreglo de las partes blandas. La colocación de un vendaje de contención apropiado que no comprima será el capítulo final. En las heridas nasales debe realizarse un tratamiento de cobertura con antibióticos y eventualmente con corticoides durante los primeros días para intentar reducir la importancia del edema, más la inevitable profilaxis antitetánica.
La zona nasal se divide por los especialistas en una supraestructura ósea integrada por los huesos propios y las ramas ascendentes de los maxilares superiores, que forman una bóveda sustentada por dos formaciones muy resistentes, representadas por los pilares fronto-maxilo-caninos que actúan como arbotantes. Y una infraestructura fibrocartilaginosa integrada por el cartílago cuadrangular, empotrado en el ángulo entrante que forman el vómer y la lámina perpendicular del etmoides.
En ciertas ocasiones, se producen fracturas nasales que requieren la realización de una rinoplastia en Córdoba.
La importancia y naturaleza de la fractura está vinculada a:
Respecto a la dirección del choque, se puede producir en sentido frontal o lateral, lo que suele comportar unas características definidas de la lesión resultante. De tal forma, en el choque frontal, lo común es que se produzcan fracturas. En los de dirección tangencial, luxaciones con eventualidad de fracturas contralaterales. En ambos casos puede resultar necesario realizar una rinoplastia en Córdoba para corregir las lesiones existentes.
La rinoplastia en Córdoba tiene como objetivo conseguir el equilibrio y armonía en la cara.
Aquí entran:
Las lesiones a nivel de la superestructura no son constantes, observándose fracturas subperiósticas transversales a nivel de uno de los dos huesos propios, en las que o no hay desplazamiento o Eeste es mínimo. En la infraestructura se puede producir la fractura del cartílago cuadrangular de delante y arriba hacia abajo y atrás, y eventualmente de la lámina perpendicular del etmoides.
El vómer resiste bien, y los huesos propios en algún caso se desplazan hacia los lados en una luxación incompleta, volviendo inmediatamente a su posición habitual. En estos casos no se suele acudir a la rinoplastia en Córdoba, ya que son efectos pasajeros.
Se producen bajo el efecto de un impacto frontal u oblicuo de cierta intensidad. Aquí se incluyen la mayoría de las lesiones observadas en los ocupantes de vehículos accidentados en los que la cara golpea:
Determinados golpes pueden provocar daños que también precisen una cirugía de nariz.
El caso típico es el del frenazo brusco, en el que el traumatizado literalmente "se da de narices" contra el plano resistente. Aquí se encuentran en la supraestructura fracturas unilaterales sin desplazamiento, o bilaterales con desplazamiento nulo o moderado.
Los huesos propios se rompen horizontalmente por su mitad, y la línea puede continuarse por una o por ambas apófisis ascendentes del maxilar -e incluso alcanzar el borde orbitario-.
El desplazamiento más común es el del segmento inferior que se mete debajo de la bóveda nasal. En este desplazamiento se puede fracturar la lámina perpendicular del etmoides. En algunos traumatizados no hay en realidad fractura, sino una disyunción de las piezas esqueléticas que quedan separadas de su entorno.
Cuando el impacto es frontal, las lesiones de la infraestructura son constantes, incluso las del cartílago cuadrangular que, enmarcado por las láminas óseas del etmoides y del vómer, puede fracturarse o luxarse, o presentar una lesión doble de fractura con luxación de los fragmentos.
No podrá comprobar los resultados finales hasta después de un año.
Por descontado que la morfología del tabique en cada caso concreto es de una gran importancia, ya que las desviaciones de la línea media, las sigmoideas y, sobre todo, las subluxaciones de la base van a jugar un papel decisivo en el determinismo de las lesiones, especialmente en los casos en que el impacto sobre la nariz lleva una dirección más o menos oblicua.
En la fractura típica del cartílago cuadrangular, para la que puede ser necesaria una cirugía de rinoplastia en Córdoba, la línea oblicua va desde arriba y delante a la altura del borde inferior de los huesos propios hacia abajo y atrás a la zona que corresponde al hueso intermaxilar primitivo, de tal forma que queda un fragmento anterior -generalmente de gran tamaño- completamente libre, y un fragmento posterior más pequeño y, en parte, anclado por sus inserciones en:
Con esto, resulta que mientras este fragmento posterior no se desplaza en absoluto o se desplaza a lo más décimas de milímetro, el fragmento anterior se desliza en dirección posterior sobre el otro y afecta a la mucosa en una fosa nasal, mientras que el borde anterior se desvía exactamente en dirección opuesta:
Hay algunos casos en los que la práctica de una rinoplastia se debe a la fractura del cartílago cuadrangular.
Dependiendo de su intensidad y los daños causados, se determinará por el especialista si es recomendable practicar una rinoplastia. Cuando la fuerza del impacto incide sobre el dorso nasal hacia atrás y ligeramente hacia arriba, el clásico gancho de los boxeadores, la lesión se concreta en el borde inferior del cartílago cuadrangular, cuya unión fibrosa con el vómer queda rota y, al no haber otra lesión en la unión del cartílago con la lámina perpendicular del etmoides, al cesar la fuerza traumática excepcionalmente el cartílago recupera su posición correcta.
Como además se rompen también las uniones entre los cartílagos alares y los huesos propios la totalidad de la nariz, tiende a caer por la luxación condrovomeriana.
Finalmente, cuando el impacto es muy fuerte, pueden observarse lesiones osteo-cartilaginosas múltiples, algunas con luxación de la articulación del hueso propio y la apófisis ascendente del maxilar en el lado de incidencia del golpe y fractura de esta en el opuesto, lo que determina una importante desviación de la totalidad de la nariz según la dirección del golpe.
Aquí hay también fractura del tabique a nivel del cartílago cuadrangular en la inmediata vecindad de su unión con la lámina perpendicular del etmoides. Las fracturas incluso pueden comprometer huesos que no pertenecen al esqueleto nasal y precisar una rinoplastia en Córdoba.
Bibliografía:
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