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Laringitis inespecíficas agudas y crónicas

Laringitis inespecíficas agudas y crónicas

Laringitis aguda del adulto

También llamada laringitis catarral, es una inflamación aguda y benigna de la mucosa laríngea; suele aparecer en épocas frías (noviembre-abril) y los otorrinos de Barcelona señalan los siguientes factores predisponentes:

  • Ambientales: Frío, o mejor, cambios bruscos de temperatura o clima (dan lugar a brotes epidémicos coincidentes con los mismos.
  • Agentes irritantes: Como el alcohol, tabaco, ambientes polucionados...
  • Personales: Problemas rinofaríngeos que determinan una mala ventilación nasal (se respira por boca con lo que la función protectora de la fosa nasal desaparece), secreciones descendentes que irritan la laringe, etc...

La clínica presenta unas manifestaciones generales poco importantes (febrícula, astenia...), y como manifestaciones locales:

  • Aumento de las parestesias y molestias al tragar (pues suele comenzar como un catarro rinofaríngeo).
  • Cierto grado de disfonía o ronquera (pues se acompaña de un ligero edema glótico con cierta paresia de las cuerdas vocales); sólo muy raramente pueden aparecer manifestaciones disneicas.
  • Tos irritativa "perruna" improductiva, machacona y continua, que aumenta el dolor laríngeo que ya existía de base.

Laringitis aguda del niño

Las laringitis en el niño presentan unas características clínicas especiales debido a las diferencias anatómicas respecto al adulto. Así en el adulto el diámetro de la laringe (sobre todo infraglótico) es bastante grande, siendo raro que un proceso inflamatorio produzca una obstrucción importante o completa. En el niño, sin embargo, en la región infraglótica existe un corion extremadamente laxo y abundante, que ante un proceso inflamatorio aumenta extraordinariamente de tamaño, originando un estrechamiento casi total o total de la vía laríngea, dado el pequeño calibre de la misma en el niño. Los otorrinos de Barcelona distinguen tres tipos de laringitis infraglóticas (son generalizadas pero la clínica es fundamentalmente infraglótica), y una forma epiglótica que se puede dar tanto en el niño como en el adulto, pero es más frecuente en el primero. Son, de menor a mayor gravedad:

  • Laringitis estridulosa: También llamada laringitis aguda infraglótica benigna se presenta en niño siempre menores de 4 ó 5 años. Sufren una adenoiditis previa que da lugar a una gran cantidad de secreciones: esto, en niños con una especial predisposición, origina espasmos de laringe (que presidirán el cuadro clínico). Es una urgencia pediátrica frecuente: se inicia normalmente de noche de forma súbita, despertándose el niño con "tos perruna", insuficiencia respiratoria marcada (disnea), llanto ronco, estridor laríngeo inspiratorio, disfonía y tiraje, llegando a presentar una ligera cianosis, generalmente labial. No existe fiebre o es muy ligera. Es un cuadro banal en sí mismo, autolimitado, no durando más de unos pocos minutos, aunque los ataques pueden repetirse en noches sucesivas o varias veces en la misma noche. El aire frío (sacar al niño al aire de la noche) o el vómito pueden proporcionar mejoría con bastante rapidez.
  • Laringitis infraglótica sofocante grave: Es muy similar al anterior pero con manifestaciones más graves. El origen infeccioso viral es más claro e importante que en el caso anterior (también se le llama crup viral), por lo que las manifestaciones generales son más importantes: alteración del estado general grave con fiebre alta y cuadro rinofaríngeo evidente. El cuadro laríngeo observado por el otorrino de Barcelona es similar al anterior pero más acusado: "tos perruna", estridor, disfonía (que se manifiesta sobre todo en el llanto del niño, apagado, ronco, de un sonido grave típico) y especialmente disnea pero que, a diferencia de antes que duraba generalmente un máxima de 3 minutos, es mantenida e incluso progresa en su gravedad.
  • Laringo-traqueo-bronquitis aguda infantil: Suele comenzar como una congestión catarral en rino y orofaringe que desciende hacia tramos respiratorios inferiores y se generaliza. Se caracteriza por aparición simultánea de síntomas y signos de afectación de vías respiratorias altas (ronquera, tos perruna, estridor importante) y bajas (estertores, disnea, atrapamiento aéreo, polipnea, tos productiva), con afectación importante del estado general y fiebre normalmente elevada.
  • Forma epiglótica: Es un trastorno inflamatorio que afecta a la epiglotis pero también a las paredes del vestíbulo laríngeo, por lo que sería mas correcto hablar de vistibulitis o supraepiglotis. La máxima incidencia se da en el niño hacia los 2 años de edad, pero el cuadro también puede aparecer en el adulto. El agente etiológico más frecuente es el haemophilus influenzae tipo B, aunque en ocasiones puede ser incluso de etiología viral. Es un cuadro fulminante, con manifestación de inflamación y obstrucción que interfieren con la deglución, vocalización y respiración. Tras un estado catarral previo con ligero malestar y febrícula la enfermedad progresa en pocas horas de un modo alarmante, apareciendo fiebre elevada, dolor de garganta (en el adulto suele ir precedido de parestesias de localización faríngea, sensación de cuerpo extraño, a las que el médico no suele conceder importancia. Esto es más raro en el niño. Disfagia verdadera con dificultad para la deglución, salivación excesiva, cambio de la voz, que se hace blanda, algodonosa (pero sin disfonía, pues las cuerdas vocales no están alteradas); disnea inspiratoria marcada y afectación grave del estado general. El diagnóstico de sospecha se hará por la clínica no estando en general, indicada la laringoscopia, que nos mostraría la epiglotis tumefacta y de color rojo cereza. Además, en los niños la epiglotis está muy alta y con sólo deprimir un poco la lengua se ve el borde superior de la epiglotis insinuándose, lo que hace innecesaria la laringoscopia.

Haemophilus influenzae

Laringitis crónica

Al igual que ocurría con las faringitis y rinitis crónicas, no constituyen una enfermedad infeccioso-inflamatoria sino un modo de reaccionar la mucosa frente a diversos estímulos siendo, en general, las bacterias y virus agentes desencadenantes o agudizantes del proceso. También aquí y por las mismas razones expuestas para las otras mucosas serán los virus los responsables predominantes, y también encontraremos unos factores predisponentes muy similares a los anteriores:

  • Climáticos: son más frecuentes en climas húmedos y fríos, con exacerbaciones en invierno.
  • Irritantes ambientales: polvos, humos, vapores...
  • Problemas rinosinusales que obligan a una respiración no nasal.
  • Como factores irritativos de primer orden tenemos el alcohol (que origina fenómenos de hipersecreción, se irrita la mucosa y se alteran sus propiedades defensivas) y el tabaco.
  • Como factor irritativo exclusivo de la laringe están aquellos ligados a la actividad funcional principal de la misma: la fonación; es una enfermedad muy frecuente en profesionales de la voz (cantantes, oradores) y aún más si se trata de voces no cultivadas (vendedores ambulantes, gente que trabaja de cara al público...). Estas laringitis se circunscriben especialmente en la región glótica, y los problemas de la voz que las origina son agrupadas por los otorrinos de Barcelona en dos tipos:
    • Abuso de la voz: aparece fatiga, dificultad para eliminar los metabolitos de las cuerdas vocales, paresia de los músculos de las cuerdas vocales, es típico de la gente que habla mucho: profesores, predicadores, vendedores...
    • Mal uso de la voz: son los sujetos gritadores; muchas veces se combina con la alteración anterior en un mismo sujeto: militares en periodo de instrucción, vendedores ambulantes, profesionales que trabajan en ambientes ruidosos. Hay también un mal uso de la voz de tipo cualitativo: es el caso del cantante que emite una voz de tesitura (entendemos por tal la gama tonal de voz que puede emitir una laringe sin forzarla) distinta a la normal de su laringe (por ejemplo un barítono que quiera cantar con tenor por imperativos del papel), sometiéndola a un esfuerzo al que puede adaptarse o no. Igualmente hay sujetos con tendencia a emitir la voz en todo demasiado agudo, se trata especialmente de mujeres con stress emocional.

Laringitis crónica simple: No es más que una laringitis aguda prolongada en el tiempo, una laringitis aguda mal curada. Es ese resfriado que se prolonga en una disfonía e hipersecreción, sobre todo si se continúa abusando de factores irritativos: tabaco, alcohol, etc... Tiende a curar sola si suprimimos durante unos días los factores irritativos. Puede evolucionar hacia los otros dos tipos de LC: hipertrófica y atrófica.

Laringitis crónica atrófica: Suele tratarse de la extensión a la laringe de un proceso rinofaríngeo de tipo ocenatoso: el sujeto refiere una gran sensación de sequedad, no sólo en laringe sino también normalmente en faringe y fosas nasales. El moco se reseca en costras adherentes que se expectoran con dificultad en accesos de tos. La exploración muestra al otorrino muchas veces costras localizadas sobre las cuerdas vocales, junto a una mucosa muy pálida o amarillenta y típicamente "atrófica". En ocasiones puede originar parestesias laríngeas, sensación de quemazón, de cuerpo extraño, etc... El síntoma más característico detectado por los otorrinos en Barcelona es la disfonía presente en todos estos procesos, muy fluctuante de un día para otro, agudizándose los días en que se abusa de los factores patogénicos (fumar, hablar...); ello la diferencia completamente de la disfonía de los tumores, que es persistente y progresiva; como esta laringitis puede malignizarse el paciente puede referir que su disfonía dejó de fluctuar un día y desde entonces está continuamente ronco. Cuando las secreciones costrosas son muy abundantes pueden acumularse por la noche: el paciente se levanta totalmente afónico pero a medida que avanza el día el carraspeo y la expectoración le permite mejorar. Otras veces, y esto es más frecuente, se da el fenómeno contrario: cuanto más avanza el día peor se encuentra, lo que indica que no hay acumulo de secreciones y que durante la noche la laringe ha descansado, pero si el enfermo es un profesional de la voz conforme transcurra la nueva jornada de trabajo su laringe empeorará.

Laringitis Crónica Hipertrófica: Los síntomas subjetivos son muy similares a los de la forma anterior. Refieren una disfonía idéntica. Un síntoma muy constante en todas las laringitis crónicas y más en las hipertróficas es la paresia de los músculos de las cuerdas vocales: todo músculo recubierto por una mucosa tiende a la paresia al inflamarse ésta. Es la responsable de la fatiga de las cuerdas vocales. En la laringoscopia se muestra con una falta de unión perfecta de las cuerdas vocales. en fonación. El diagnóstico, en realidad, tanto de la forma seca como de la hipertrófica lo proporciona la laringoscopia: muestra una mucosa muy hiperplásica e irregular, sobre todo a nivel de las cuerdas vocales. Durante la noche la mucosidad descendente va a dañar la pared posterior de la laringe y región interaritenoidea, ocasionando una irritación de una magnitud tal que adopta un aspecto pseudotumoral: hablamos de paquidermia laríngea, que muchas veces es de carácter más o menos difuso, pero también puede adoptar una forma circunscrita: cuerdas vocales y comisura posterior. En estos casos es posible que el otorrino lo confunda con un tumor maligno, sin embargo las localizaciones posteriores, como las citadas, no suelen ser asiento del cáncer de laringe, que lo suele hacer en regiones anteriores. El problema es que la paquidermia se convierte muchas veces en una leucoplasia o en una lesión papilomatosa, y ambas son lesiones precancerosas. Para los otorrinos de Barcelona la leucoplasia es fácil de percibir pues aparecen unas manchas blanquecinas bien delimitadas que son la expresión física del proceso de metaplasia que ha sufrido el epitelio mucoso con aparición de una capa córnea queratinizada, junto a un engrosamiento general de dicho epitelio.

Vegetaciones en niños y bebés: síntomas y tratamiento

Vegetaciones en niños y bebés: síntomas y tratamiento

Las llamadas vegetaciones tienen como nombre científico adenoides y es un órgano de escaso tamaño situado encima de las amígdalas, detrás de la nariz y, por tanto, en la parte interior de la cara, concretamente detrás de la campanilla. Este órgano tiene como misión protegernos o defendernos de las infecciones y se desarrollan durante la infancia hasta alcanzar su máximo tamaño a los 8-9 años momento desde el que empiezan a disminuir. Es un órgano presente en todos los niños pero solo cuando alcanzan un tamaño excesivo puede presentar algún problema. El único problema asociado a las vegetaciones observado por los otorrinos es el tamaño excesivo. Este crecimiento anormal puede tener un origen natural sin causas externas o bien producirse por la reiteración de infecciones respiratorias (resfriados y catarros). La situación de las vegetaciones cercana a la trompa de Eustaquio (unión de la nariz y el oído) provoca que un crecimiento excesivo pueda dificultar la entrada de aire al oído medio provocando posibles otitis e incluso pérdida de audición.

Los síntomas más frecuentes en las vegetaciones son derivados de la obstrucción del aire en su recorrido por la nariz y se concretan en dificultad para respirar, sequedad y congestión de las vías nasales, pequeña alteración de la voz, ronquidos nocturnos, halitosis e incluso otitis.

El diagnóstico es bastante sencillo mediante una pequeña exploración física ya que por su ubicación es difícil observarlas visualmente. En casos de especial dificultad se analiza su tamaño con radiografías laterales.

El tratamiento de las vegetaciones dependerá del tamaño alcanzado ya que en una primera fase el otorrino suele administrar antibióticos que reduzcan la infección del órgano y de toda la zona nasal. Con este tratamiento se reducen los síntomas en numerosas ocasiones. Sin embargo es muy frecuente acudir a la cirugía para extirpar los adenoides así como las amígdalas evitando complicaciones para el futuro. Es una intervención que precisa de anestesia general y tiene un postoperatorio muy sencillo. Algunos otorrinos en Barcelona no las extirpan totalmente y prefieren cauterizarlas o rebajarlas controlando el posible sangrado aunque en estos casos, a veces, se precisa una segunda intervención. En todos los casos el niño puede volver a su casa tras la intervención quirúrgica que carece por completo de complicaciones asociadas a la cirugía.

Esta patología no presenta complicaciones graves en la mayoría de los casos aunque las molestias asociadas al proceso si recomiendan un seguimiento y control por el especialista que decidirá el tratamiento más adecuado para cada niño. Encuentra al mejor otorrino de Barcelona con BonoMédico. Compruébalo.

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