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Implantes y prótesis redondas o anatómicas: cuáles son mejores


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Publicado en Prótesis mamarias

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Los cirujanos que puedes encontrar en www.bonomedico.es comentan siempre a sus pacientes que la correcta elección de una prótesis de calidad, que sea la más adecuada para cada mujer en cuanto a su forma y tamaño, disminuye el porcentaje de una futura intervención a lo largo de su vida.

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Las primeras prótesis utilizadas en los años sesenta eran lisas y redondas, con un contenido de silicona líquida pero sus mejoras en estos cincuenta años han sido muy importantes. Desde hace algunos años se ha producido una importante evolución en los resultados estéticos del aumento de pecho y cada vez más pacientes comentan a su cirujano su deseo de conseguir un pecho más natural y armónico, sin grandes volúmenes, con proporciones muy naturales.

Con este deseo de conseguir un resultado armónico y natural los fabricantes crearon las prótesis anatómicas que en un principio estaban destinadas a las pacientes que necesitaban una reconstrucción mamaria tras un cáncer, simulando una mama normal. Se obtuvieron unos resultados excelentes y también comenzaron a utilizarse en los casos de asimetrías y posteriormente en los aumentos de pecho.

Tipos de prótesis

Prótesis Redondas y Anatómicas

Uno de los principales debates en el aumento de mama es la elección de la forma del implante, pudiendo elegirse entre prótesis redondas o anatómicas. Es importante destacar que según el modelo elegido en cada caso, el cirujano puede conseguir unos resultados diferentes en la misma mujer, y por tanto esta elección tiene una gran importancia para alcanzar el resultado deseado, con la mayor naturalidad posible.

Las prótesis redondas rellenan con mayor volumen la parte superior del pecho que es la zona que tiende más a aplanarse. Consiguen un mayor volumen en esta zona que es la más tiende a aplanarse o hundirse y por eso son muy solicitadas por la pacientes de aumento de pecho.

Las prótesis anatómicas

Tienen forma de gota de agua o de lágrima, con un aspecto más parecido al pecho de la mujer y se utiliza en la cirugía reconstructiva de la mama y en cirugía estética en los casos de mujeres que tienen un mayor volumen en la zona superior. Suelen estar compuestas de gel de silicona de alta cohesividad y con una capa o envoltura muy estable. En la parte superior tienen menos relleno por lo que presenta un aspecto con el polo superior más fino, incluso cae casi recta hacia el pezón que es la zona donde se proyecta o sobresale más (donde tiene mas distancia con la base de la prótesis). La parte con más volumen es la inferior, debajo del pezón.

Existen diversos modelos de prótesis anatómicas ya que normalmente las mujeres mas altas y delgadas tienen un pecho más alto y delgado, y las mujeres bajitas y más gorditas suelen tener un pecho más ancho que alto. Ningún pecho femenino es redondo y existen múltiples formas y volúmenes.

A diferencia de las prótesis redondas, tienen una altura y anchura diferente en cada caso para adaptarse mejor a las asimetrías o necesidades específicas de cada mujer. Los fabricantes han desarrollado diferentes modelos para todas estas tipologías femeninas, es decir, modelos cortos y anchos, altos y delgados y otros casi igual de altos que anchos.

Cada mujer, con los consejos y la experiencia de su cirujano, debe elegir el modelo que mejor se adapte a su anatomía corporal y al resultado que desea, aunque siempre se recomienda un aumento discreto, que sea visible pero proporcionado y muy natural.

Las prótesis anatómicas se recomiendan en los casos de mamas tuberosas que precisan de una prótesis firme que le dé la forma adecuada y que tengan mayor volumen en la zona de la areola e inferior ya que la parte superior la suelen tener suficientemente rellena. También en las pacientes con anomalías en el tórax y asimetrías en las que el implante puede adaptarse para cubrir las necesidades de cada mujer. Tienen el inconveniente de que si se produce una rotación de la prótesis, supuesto muy excepcional, se pueden deformar y requieren una nueva intervención. 

Las prótesis redondas

Tienen sus centímetros cúbicos distribuidos en toda la prótesis (a diferencia de las anatómicas, que tienen más volumen en la zona inferior). En su base forman un círculo casi perfecto donde su anchura y altura es casi la misma, como cuando se corta en dos partes una pelota. Por tanto, al colocarse esta prótesis se rellena el pecho de manera uniforme en la parte superior y en la inferior, lo que provoca una mayor visibilidad. Resulta muy evidente y llamativo por lo que solo se recomiendan si la mama de la paciente es bonita y no demasiado pequeña. Solo en estos casos presentan un resultado muy natural. Si la paciente tiene poco pecho se recomienda situar este tipo de prótesis debajo del músculo pectoral para que ofrezca un resultado más natural. Tienen la ventaja de la simetría, por lo que si llegan a rotarse no se deforman, al contrario que las anatómicas.

Están indicadas en los pechos con volumen y algo caídos al deslizarse la glándula en la zona inferior, situación normal tras la lactancia o pechos grandes. Si la areola del pezón no se ha desplazado hacia abajo, las prótesis redondas son las más indicadas. También se recomiendan en las mamas normales con cierta hipoplasia siempre que la paciente desee un escote bien definido y relleno.

Una prótesis en la mano

Otras cuestiones

Además de la elección entre prótesis redondas o anatómicas, existen otros muchos aspectos de la prótesis que el cirujano y la paciente deben conocer para decidir el modelo más adecuado en cada caso para conseguir el mejor resultado en cada caso.

Las primeras intervenciones de aumento de pecho fueron realizadas en los Estado Unidos, donde empezaron a popularizarse a finales de los años sesenta. En estos primeros años solo existían las prótesis lisas y presentaban numerosos casos de contractura capsular o endurecimiento de la bolsa o cicatriz que genera el pecho para rodear y aislar el implante que no deja de ser un cuerpo extraño en esa zona. Si esta bolsa se endurece y encoge puede llegar a aplastar y deformar la prótesis provocando deformidades y alteraciones estéticas. Los primeros cambios que se realizaron en las prótesis lisas no disminuyeron la incidencia de las contracturas capsulares. Con la llegada de las prótesis rugosas se modificó la superficie o capa exterior formando una serie de rugosidades o pequeñas irregularidades. Esta capa exterior además aumentó su grosor o tamaño estando formada por varias capas superpuestas. Con estos nuevos modelos se redujeron sustancialmente los casos de contractura capsular y se comprobó que la cápsula, cicatriz o bolsa que formaba el pecho estaba más vascularizada y con menos células musculares lo que permitía una mejor distribución de las posibles tensiones o contracciones que provoca el movimiento del pecho sin que incida directa o exclusivamente sobre el implante. Sin embargo, aunque mucha menor medida que antes, seguían ocurriendo más casos de contracturas capsulares de los deseados, por lo que se probó a modificar la técnica quirúrgica cambiando su ubicación natural encima del músculo pectoral a la zona submuscular. Esta técnica es más agresiva para las pacientes y con peor postoperatorio, más doloroso, pero logró casi eliminar los casos de contracturas capsulares. Y además con un magnífico resultado estético.

Las prótesis rugosas tienen como principales ventajas: se pueden introducir sin demasiada dificultad por las tres vías posibles la axilar, submamaria o areolar; se fabrican con una muy alta calidad al ser multicapas y con una rugosidad muy estudiada durante años; su capa o bolsa exterior es de mayor grosor lo que les garantiza una gran duración y resistencia ante posibles roturas; su precio medio es accesible, no son caras; reducen la aparición de seromas y de posibles ondulaciones (rippling); su adherencia al tejido del pecho evita desplazamiento o movimientos no deseados de la prótesis y tampoco influyen en la futura lactancia materna ni en pruebas diagnósticas como mamografías o ecografías.

Las prótesis lisas tienen como principales ventajas que son más blandas y tienen un mejor tacto, no se adhieren a los tejidos que la rodean y presentan un movimiento más natural. La cicatriz es más pequeña puesto que el corte que necesitan para su introducción es más pequeño y, por último, si aparecen casos de infección se tratan con mayor facilidad.

Otra decisión importante es el tamaño o volumen de la prótesis ya que los fabricantes ofrecen una amplia gama de tamaños donde elegir. Las más pequeñas tienen un volumen de unos 125 cc y las más grandes pueden llegar a los 450 cc. Afortunadamente ya cada vez menos pacientes se dejan influir por la moda de las tallas muy grandes y buscan proporciones naturales antes que un volumen excesivo que resultaba poco natural en años pasados. La experiencia del cirujano debe tomarse siempre en cuenta ya que podrá aconsejar a cada paciente del volumen más adecuado considerando su anatomía y el tamaño de su pecho actual. Es frecuente realizar simulaciones con sujetadores y distintos rellenos o con programas de simulación en 3D para ayudar a tomar esta decisión.

La elección de la marca o del fabricante no supone ningún problema ya que cada cirujano trabaja con varios de ellos que les ofrecen total garantía y un magnífico resultado estético. Los estrictos controles de las autoridades sanitarias garantizan una alta calidad en la mayoría de las prótesis redondas o anatómicas por lo que la opinión del cirujano es una magnífica guía para elegir la más adecuada.

Una de las decisiones más importantes que se toman en la operación de aumento de pecho en cuanto al tipo de prótesis es el material con el que se van a rellenar o con el que se van a fabricar. Las primeras prótesis que se fabricaron estaban rellenas de silicona líquida pero tras años de investigación los modelos actuales se componen de dos tipos de materiales que llevan años demostrando su seguridad y garantía: el gel cohesivo de silicona y el suero fisiológico.

Las prótesis fabricadas con gel cohesivo de silicona están formadas por numerosas capas de silicona, con una alta cohesión entre cada una y gracias a este diseño se elimina por completo el riesgo de fuga de la silicona en el interior del pecho. Son muy resistentes frente a las roturas, y si se producen no provocan fugas de silicona. Tienen una gran duración sin apenas deformarse. Presentan un aspecto muy natural tanto exteriormente como al tacto. El índice de roturas es realmente bajo, inferior al 0,02% y cuando ocurre está provocada por algún golpe o accidente. Existen diversos niveles de cohesión, alta y normal.

Las prótesis rellenas de suero fisiológico tienen como principal característica que se introducen completamente vacías dentro del pecho y una vez dentro, ya colocadas, se rellenan con el suero. Al introducirse vacías, ocupan menos volumen que las otras en este primer momento por lo que necesitan un corte más pequeño y en consecuencia provocan una cicatriz más pequeña. Su riesgo de rotura es más alto pero en el caso en que ocurra alguna fuga del suero fisiológico no provocan ningún daño o perjuicio ya que el suero se tolera y absorbe por el cuerpo de la paciente sin ninguna contraindicación ni efecto secundario.

¿Cómo se introduce la prótesis en la mama?

Prótesis lisa y rugosa

Prótesis lisas y rugosas

Actualmente existen diversas técnicas o vías de acceso para introducir y colocar las prótesis dentro del pecho de la paciente y las tres principales son la areolar en la zona de la areola del pezón, la submamaria o debajo del pecho y la axilar en la zona de la axila. Las tres vías presentan ventajas e inconvenientes que deben ser analizados por el cirujano y la paciente en función de la anatomía y estado del pecho antes de la intervención. Sin este análisis detallado del cirujano no es posible afirmar que vía es la mejor en cada mujer.

La zona de la areola del pezón es una vía de introducción bastante utilizada por los cirujanos aunque presente una mayor dificultad ya que en esa zona existen importantes cambios de tono en la piel e incluso de textura que permiten disimular mejor la futura cicatriz. Tiene como principal desventaja que no está aconsejada en los casos de prótesis de gran volumen o en los que la areola del pezón es muy pequeña.

La introducción a través de la zona de la axila se utiliza muy poco actualmente por su mayor dificultad. Se acude a ella cuando la areola es muy pequeña o cuando la paciente solicita expresamente esa vía. No es viable con todos los modelos de prótesis. La futura cicatriz queda oculta en la axila, debajo del brazo.

El acceso debajo del pecho es una técnica bastante fácil, con una operación muy segura para casi todos los tipos y modelos de prótesis redondas o anatómicas con independencia de su tamaño o volumen. La futura cicatriz quedará debajo de la mama, totalmente oculta salvo en determinadas actividades deportivas en la playa con bikinis muy pequeños. Se utiliza en las mujeres con una areola en el pezón muy pequeña y en las que quieren una prótesis de un volumen importante.

¿Cada cuántos años debo cambiar las prótesis?

En muchas mujeres se ha implantado la creencia de que las prótesis deben sustituirse cada diez años necesariamente y, sin embargo, esa creencia no tiene un fundamento científico ya que la calidad de los actuales modelos de prótesis redondas o anatómicas garantizan una duración mucho más amplia ya que no tienen una fecha de caducidad predefinida y los cirujanos solo recomiendan llevar a cabo su control o seguimiento para comprobar el estado de conservación. Solo en los casos en los que se observen alteraciones o defectos que aconsejen su sustitución se procederá a ello. Muchos modelos actuales ofrecen garantía de por vida frente a roturas.

Por último, definiremos la contractura capsular como el gran problema de los implantes de mama en el siglo pasado peo que afortunadamente su incidencia se ha reducido espectacularmente con los avances en los materiales, en los nuevos diseños y en las técnicas quirúrgicas. Hoy en día son muy excepcionales. Cuando se introduce el implante en el pecho, el cuerpo reacciona creando a su alrededor una bolsa o película que los rodea y recubre totalmente hasta conseguir aislarlo ya que es un cuerpo o elemento extraño. En determinados casos esa bolsa llegaba a comprimir y apretar la prótesis con tal intensidad que terminaba deformándola provocando la contractura capsular.


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