La cirugía de orejas, también denominada otoplastia, consiste en un procedimiento quirúrgico estético diseñado para mejorar la apariencia de las orejas, consiguiendo que resulten proporcionadas a la medida y la forma de la cara y de la cabeza. Es una operación que se practica desde hace mucho tiempo, aunque sólo en las últimas décadas es cuando ha adquirido gran importancia.
Con esta intervención, se logra que las orejas puedan hacerse menos prominentes, remodelarlas, reducirlas en talla y hacerlas más simétricas y estéticas. Antes de la operación, el especialista le dará una serie de indicaciones para evitar que puedan surgir complicaciones. En esta primera consulta, es cuando el paciente debe hacerle todas las preguntas que tenga respecto a la intervención, como el precio, la edad a la que puede realizarse, qué requisitos tiene que reunir un buen candidato a esta intervención, cómo sería el procedimiento, etc.
La cirugía se realiza, por regla general y siempre al criterio del especialista, bajo anestesia general en el caso de que los pacientes sean niños y, en el caso de adultos se usará la anestesia local y la sedación.
Una vez que el paciente está sedado, el cirujano plástico procederá a la marcación de los puntos de la oreja que le permitan delimitar las zonas a intervenir.
En ningún caso la otoplastia afecta a la audición
El cirujano plástico intentará recrear de forma manual, la posición correcta de la oreja, con el objeto de definir el pliegue que tendrá el antehélix, que será el que deba quedar después de la intervención.
Después de la marcación, se procederá a realizar una incisión para la eliminación de tejido, el debilitamiento o adelgazamiento del cartílago, el remodelado y la eliminación de este cartílago, con el objetivo de disminuir la cavidad de la concha, según cada caso en concreto.
El cirujano plástico irá utilizando los puntos reabsorbibles con el objeto de ir dando forma anatómica correcta a la oreja, mejorando su posición y reforzando la fijación de la nueva posición de la concha. Terminada la operación, comienza el período de recuperación.
Normalmente se pondrán cremas antibióticas y se procederá a proteger la herida, por un lado, usando una prenda fina y, posteriormente, con gasas o apósitos, para finalmente rodear la cabeza con una banda elástica durante un periodo de tiempo amplio, dependiendo de cada paciente y según las instrucciones del cirujano.
Los apósitos ayudarán a controlar el sangrado, a mantener la posición de las orejas, y a resguardarlas y protegerlas durante el periodo de curación.
La duración de la intervención ronda alrededor de las dos horas. Los puntos se retirarán transcurridos ocho o diez días.
Los riesgos asociados con la otoplastia son mínimos, sin embargo, como en cualquier intervención quirúrgica, éstos riesgos existen, algunos de ellos están asociados a la anestesia, la cicatrización excesiva, infecciones o coagulación de la sangre.
Es también importante señalar que por lo general, este tipo de intervención obedece a motivos estéticos, por lo que los costes derivados de la misma no se cubren por la seguridad Social.
La autoestima mejora mucho después de una operación de otoplastia
El tipo de cirugía más demandada es la otoplastia bilateral, es decir la que tiene por finalidad corregir ambas orejas. En el supuesto de que se pretenda intervenir una de las dos orejas, se le conoce como una otoplastia unilateral.
Este tipo de intervenciones se pueden realizar en un hospital o en un centro quirúrgico ambulatorio preparado para tal operación.
Respecto al tipo de anestesia que se usa en la otoplastia cabe decir que en el caso de los más pequeños se suele usar la anestesia general, sin embargo, en el caso de pacientes más adultos puede usarse la anestesia local combinada con sedación.
Resumiendo: en muchas ocasiones la intervención se realiza sobre las dos orejas, a pesar de que el defecto estético se concentre en una de ellas, con la finalidad de alcanzar unos resultados más simétricos y más naturales. La incisión se realiza detrás de la oreja, en el pliegue natural de la misma, donde la oreja se junta con la cabeza. La intervención suele durar en torno a dos horas aproximadamente. Como consecuencia de la incisión podría quedar una pequeña cicatriz, si bien la misma se encontrará oculta detrás de la oreja e irá desapareciendo con el paso del tiempo.
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