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La rinoplastia es uno de los mayores retos del cirujano plástico, dado que debe mejorar y embellecer la estética de la nariz sin afectar las funciones de la misma. Para ello, una de las principales herramientas de las que dispone el especialista es el injerto en la rinoplastia.
El comienzo en el uso de los injertos en la rinoplastia data de 1865. Los injertos consisten en una porción de tejido que se usa para insertarlo en una parte del cuerpo del paciente. Los injertos se clasifican en autólogos (los que provienen del propio paciente), homólogos (provienen de otros donantes) y aloinjertos (se tratan de materiales realizados en forma sintética).
El injerto en la rinoplastia ideal es aquel injerto que cumple las siguientes condiciones:
- Que sea biológicamente similar al tejido, tanto en textura como en consistencia;
- Que sea de muy fácil obtención;
- Que además genere la mínima morbilidad tanto en el sitio en el que se injerta como en el sitio del que se extrae;
- Debe ser fácil de moldear en la forma que más convenga al paciente;
- Su colocación en el paciente debe ser sencilla y una vez injertada en el paciente debe adaptarse al tejido que le rodea, debe estar completamente disimulado y debe perdurar en el tiempo;
- No debe generar rechazo;
- Debe ser resistente a las infecciones y que no sea transmisor de las mismas;
- Debe poder ser retirado con facilidad en el caso en que sea necesario;
- Debe ser de bajo costo.
El tejido autólogo es el preferido por los cirujanos plásticos, con carácter general, dado que ofrece una biocompatibilidad excelente y con un menor riesgo de infección. La mayor limitación es precisamente la cantidad de material autólogo del que se puede disponer, dependiendo del tipo de rinoplastia. Las complicaciones son infrecuentes.
Tipos de injerto en la rinoplastia
Los tipos de injertos autólogos se diferencian en: Cartílago, hueso, tejidos blandos (dérmicos, grasos, dermograsos y fascia). Veamos a continuación dos tipos de injertos en la rinoplastia
Cartílago septal
Sus características son las siguientes:
- Es considerado como un tipo de injerto ideal para la reconstrucción nasal,
- Tiene un tamaño adecuado;
- Es muy resistente;
- Aunque su espesor varía de una persona a otra, es muy fácil de modelar y de obtener;
- No deja cicatriz visible;
- La reabsorción es mínima;
- No se curva;
- No produce infecciones;
- Causa una morbilidad mínima en la zona de extracción del donante;
- Su desventaja es la cantidad disponible;
- Su uso se aplica en el dorso, columela, punta y pared lateral de la nariz.
Cartílago auricular
Características:
- Posee una gran versatilidad, especialmente en las rinoplastias de revisión;
- Sus fibras elásticas ofrecen una distribución muy irregular, dando lugar a una menor resistencia cuando se pliega en casos de someter dicha zona a una tensión.
- Ofrece como ventaja el estar muy cerca de la nariz, de hecho, se usa el mismo campo quirúrgico.
- Se encuentra en una mayor cantidad que el cartílago septal;
- En ocasiones se recurre a éste tipo de injertos, si bien se debe preguntar al paciente de qué lado duerme, con el objeto de extraer el cartílago de la oreja contralateral.
- La extracción se suele hacer en la zona posterior, ya que la cicatriz quedará mas oculta.
- Por su curvatura se puede usar para domus y el dorso nasal.
Debemos recordar que los injertos cartilaginosos están destinados a rellenar o bien una pérdida o bien un defecto anatómico, con el objeto de conseguir la forma y el tamaño natural de la nariz.
Deben ser realizados con precisión para que pasen desapercibidos en la zona intervenida. Por otro lado, la piel juega un papel muy importante en este tipo de intervenciones.
Según el grosor de la piel y desde un punto de vista quirúrgico, se suele distinguir entre piel normal (cuando la misma es elástica, suave y se adapta a la superficie nasal), fina (cuando la piel es traslucida, dejando ver cualquier defecto, lo que ocurre en las personas de avanzada edad) y la piel gruesa (cuando la piel es muy poco elástica, debido al grosor de la misma, permitiendo enmascarar posibles defectos).
De acuerdo con lo anterior, la piel fina permitirá conseguir un buen resultado estético, si bien realzará las imperfecciones derivadas de la intervención quirúrgica. La piel gruesa, sin embargo enmascara los defectos que puedan surgir.
Posibles complicaciones de los implantes en la rinoplastia
En relación a las posibles complicaciones derivadas de los injertos o implantes en la rinoplastia, los mismos están directamente relacionados con la habilidad y la experiencia del cirujano plástico, el materia empleado y, por supuesto, el perfil del paciente, ya que determinados pacientes pueden tener un mayor riesgo de complicaciones (pacientes diabéticos o con alteraciones vasculares).
Entre las posibles complicaciones, cabe relacionar las siguientes:
- Inflamaciones;
- Edemas;
- Eritemas;
- Irreguaridades;
- Cicatrices;
- Hiperpigmención o hipopigmentación;
- Infecciones etc.
Finalmente, los logros que se pueden llegar a alcanzar con una rinoplastia usando injertos dependerán de estos factores:
- Debe elegirse el injerto más adecuado para la zona afectada;
- Hay que fijar el injerto e inmovilizarlo de forma adecuada.
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